─Cuando del cielo llueva todo lo que pueda hacerte daño. ─dijo Cinco observándome fijamente directo a los ojos─. Cuando eso pase, cariño, entonces yo seré tu paraguas.
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❝Quizás en otra vida, en otro mundo o en otra dimensión final...
Sheila bailaba sin parar, algunos le aplaudían y otros la ignoraban pero ella sólo podía mantener sus enormes ojos clavados sobre Cinco el cual no la observó ni por un instante.
─¿Te la follaste? ─lo cuestioné sutilmente.
Él frunció el ceño y me observó molesto.
─¡Claro que no! ─negó de inmediato.
─¿Entonces por qué está tan fascinada contigo? ─le pregunté con una sonrisa.
El castaño se quedó en silencio por unos instantes y finalmente reaccionó.
─Espera, ¿Acaso estás insinuando que me la tiré y por eso está tan obsesionada conmigo? ─repitió mis palabras.
Le di un trago a la copa frente a mi y finalmente me lamí los labios.
─Bueno, es que eso tendría mucha lógica. ─reí con malicia.
Pude verlo negar con rabia.
Me giré nuevamente sobre la silla y pude ver a la rubia dando lo mejor de sí sobre el escenario mientras miraba fijamente en nuestra dirección.
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Algo dentro de mi se estremeció al notar lo mucho que Sheila deseaba a Cinco, pues al fin de cuentas había decidido hacer todo este drama sólo por él.
No me costó mucho entender que ella sólo quería estar con el chico por dos razones, porque era un capricho y probablemente lo veía como una fantasía sexual.
─Cuando la ves, ¿Sientes algo diferente? ─lo cuestioné sin más.
─Claro que no. ─bufó tras negar con la cabeza.
Tensioné la mandíbula al escuchar sus palabras.
─¿Te gusta la rubia? ─insistí.
Pude verlo mirar al cielo con frustración.
─Dime algo, ¿Acaso estás celosa de esa niña, Sydney? ─demandó saber mientras me veía confundido.
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