Me quedé congelada por unos instantes mientras analizaba al hombre frente a mi.
─¿Cinco? ─repetí.
─¡Sí! ─exclamó─. ¡Sydney, querida! ─se detuvo─. ¿Cómo es posible? ─adjuntó.
El anciano me observó atónito por un rato y luego finalmente pareció reaccionar.
Pude verlo inclinarse y tomar el maletín negro que custodiaba entre sus piernas.
─¿Cómo... cómo es posible que estés aquí? ─agregó mientras se ponía de pies lentamente.
─Yo...─tomé una pausa─. Dios, no puedo creer que de verdad seas tu. ─respondí incrédula.
─Espero que no sea un mal momento. ─una voz a mis espaldas rompió las masas de aire.
Me incorporé y en cuanto logré girarme me topé frente a frente con Luther, moví la vista a su lado y descubrí a Allison con un rostro cuya reacción combinaba miedo y confusión.
Fruncí el ceño de inmediato.
─¿Qué hacen aquí? ─los cuestioné.
─Vine...─suspiró Luther─. Vine con un amigo. ─añadió y señaló a un lado.
Moví la vista en la dirección que apuntaba su dedo y noté al joven Cinco posado frente a la puerta mientras veía a su viejo yo con desconfianza.
─Carajo. ─musité─. ¿Qué puta locura es esta? ─resoplé.
─Oye, escucha, sé que estás muy confundido y quizás algo asustado pero tenemos que hablar. ─insertó Luther mientras veía al anciano de ojos verdes─. Por favor, no hagas ninguna locura, sólo... sólo queremos conversar contigo. ─añadió intentando convencerlo.
─Pero...─se detuvo el viejo─. ¿Cómo es posible que todos ustedes estén aquí? Se supone que deberían estar en 2019. ─adjuntó.
─Sí, tienes toda la razón, pero si nos das un segundo de tu tiempo quizás podamos explicarte todo. ─insistió Luther.
─Creo... creo que quizás debería irme. ─respondió el anciano apretando el maletín con recelo.
─¡Ni se te ocurra! ─intervino el Cinco joven─. Eres mi única salvación así que no te irás de aquí sin antes escuchar lo que tengo por decir. ─agregó en forma de amenaza acercándose rápidamente en nuestra dirección.
El viejo frunció el ceño de inmediato.
─¿Ah sí? ─bufó─. ¿Quién va a detenerme? ¿Tú? ─lo cuestionó entre burlas.
El adolescente hizo una mueca.
─Quizás cuando escuches lo que voy a decir decidas ayudarnos por voluntad propia. ─contestó el chico con seguridad.
─¿Qué puede ser tan importante? ─respondió el viejito.
─Tu y yo sabemos perfectamente lo que estás a punto de hacer, no te hagas el estúpido. ─resopló el castaño─. Ambos sabemos cuál es la única razón por la que estás aquí. ─añadió.
─Sí, así es, tengo una misión, y si me disculpan debo retirarme ahora mismo o llegaré tarde al... ─intentó responder pero el chico lo interrumpió.
─¡Sydney está embarazada! ─exclamó de la nada.
Di un breve brinco del susto pero logré retomar la compostura.
Mi rostro se puso colorado en cuestión de segundos y un nudo se formó en mi garganta.
Luther y el anciano se quedaron totalmente perplejos.
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EL MISTERIO DE QUEBEC © » 1M8.
Fanfiction─Cuando del cielo llueva todo lo que pueda hacerte daño. ─dijo Cinco observándome fijamente directo a los ojos─. Cuando eso pase, cariño, entonces yo seré tu paraguas. ────────────────── ❝Quizás en otra vida, en otro mundo o en otra dimensión final...