39| Jealousy, Jealousy.

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Me teletransporté con rapidez a la entrada y subí los peldaños de las escaleras rumbo a mi habitación a toda velocidad.

Cerré la puerta con fuerza detrás de mi y suspire aliviada.

Me quité el vestido de baño y lo tiré a un lado, abrí el armario y procedí a hurgar en las gavetas.

Sólo habían bragas rosas de unicornios así que tuve que ponerme una.

Antes de que pudiera buscar la ropa que usaría sentí mi cuerpo estremecerse al ver que Cinco apareció de repente en medio de la habitación.

Me recliné nerviosa y por instinto lo primero que hice fue cubrirme los pechos con ambas manos.

─¡Cinco! ─grité molesta─. Aprende a tocar la puerta, idiota. ─gruñí.

El chico se quedó en completo silencio mientras me analizaba de arriba abajo.

─¿Por qué te cubres? ─preguntó con el ceño fruncido─. No es como si fuera la primera vez que te veo desnuda. ─adjuntó.

Mis mejillas se ruborizaron de inmediato.

─Voy a terminar de vestirme, sal de aquí. ─le pedí.

Caminaba de espaldas intentando que el chico no pudiera descubrir lo que había en mi trasero.

─¿Qué te pasa? ─me cuestionó.

─Nada. ─respondí de inmediato.

El castaño no pronunció ni una sola palabra, sólo contorneó los ojos y me analizó fijamente.

─Vamos, sal de aquí

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─Vamos, sal de aquí. ─insistí con nerviosismo.

Pude verlo tensionar la mandíbula y sin decir más darse la vuelta y quedar mirando a la pared.

Entendí de inmediato que no se iría, que tendría que vestirme con él presente pero mientras observaba a otro lado.

Suspiré luego de poner los ojos en blanco.

Saqué del armario una camiseta blanca y me la puse con rapidez, luego tomé unos jeans claros y me dispuse a ponérmelos.

Los pantalones estaban algo ajustados así que el culo se me quedó atascado.

Mientras luchaba por meter mi trasero en la prenda la voz de Cinco rompió nuevamente las masas de aire.

─Vaya, así que Propiedad de Cinco Hargreeves. ─pronunció.

Abrí los ojos como platos y se me detuvo el corazón de inmediato.

Pude verlo girarse para quedar frente a mi.

Bajé la vista y noté que el chico llevaba un pequeño espejo en la mano, mismo con el que al parecer me espió todo el tiempo sin que me diera cuenta.

EL MISTERIO DE QUEBEC © » 1M8.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora