24| Radio City.

825 107 64
                                    

─Gracias al cielo llegaste, el baño ya está listo. ─se detuvo la italiana.

Debía darme un chapuzón de 10 minutos en una tina repleta de hielo.

─¿Quién es este bambino? ─demandó saber mientras observaba a Mathew.

─Es una larga historia, Simón dijo que podrías conseguirle un traje para que asista al evento. ─expresé con una sonrisa.

─¿Este chico irá a los Grammys contigo? ─me interrogó.

Asentí.

─¿Crees que puedas hacer tu magia? ─la cuestioné.

Pude verla fruncir el ceño.

─¡Equipo, hay trabajo extra! ─gritó la italiana─. Tenemos dos horas para convertir a este plebeyo en un príncipe. ─adjuntó para luego mirar a Mat de pies a cabeza, girarse sobre sus talones y marcharse a seguir trabajando.

 ─adjuntó para luego mirar a Mat de pies a cabeza, girarse sobre sus talones y marcharse a seguir trabajando

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

─¡El rubio y la chica! ─dijo haciendo referencia a Tom y Shelly respectivamente─. ¡Vengan conmigo también! ─ordenó.

De inmediato pude ver al trío ir a toda velocidad detrás de Donatella.

─Gypsy, venga conmigo. ─mencionó una chica apareciendo de la nada junto a mi.

Sin decir más le seguí el paso hasta el segundo piso del lugar, giramos por varios pasillos y llegamos hasta una habitación, al interior de esta había una tina de metal repleta de agua con hielo casi hasta el tope.

─Tomaré el tiempo, estaré afuera por si me necesita. ─resopló.

Asentí con ojos amables.

Pude ver a la chica abandonar el lugar y cerrar la puerta detrás de sí.

Procedí a quitarme la ropa y una vez completamente desnuda me sumergí en la tina hasta quedar con el agua al cuello.

Mi cuerpo vibró de inmediato, mis mejillas se pusieron rojas como fresas al sentir el contacto con el agua casi congelada.

Me relajé por completo mientras esperaba que el hielo hiciera su efecto.

Levanté mi mano y observé el anillo sobre mi dedo. Tensioné la mandíbula al recordar a Cinco así que hice todo lo posible por no pensar en él.

Mientras luchaba por tener la mente en blanco de repente la puerta se abrió de golpe y pude ver a Simón atravesar el umbral.

─¿Puedo saber qué demonios está pasando contigo? ─me cuestionó de inmediato.

Coloqué los ojos en blanco.

─Primero terminas con Nick, me dejas con las entradas para el evento en la mano, te encontré a punto de tener un orgasmo sobre el maldito chico de Brew Palms y luego recogiste un fan que conociste en el aeropuerto. ─se detuvo─. ¿Qué sigue? ¿Nadar con vagabundos? ─finalizó.

EL MISTERIO DE QUEBEC © » 1M8.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora