17| Cinco.

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─Cinco, vamos, despierta. ─dije mientras me acercaba a él y le daba suaves palmadas en el rostro.

Era inútil, el chico estaba profundamente dormido.

─¡Despierta, imbécil! ─grité aumentando la fuerza de mi mano y desplomándole una bofetada.

De inmediato pude verlo abrir los ojos completamente confundido.

─¡Cero! ─exclamó el castaño con una sonrisa─. Dulce y hermosa Cero. ─adjuntó.

En cuanto Cinco abrió la boca el aroma a vodka golpeó mis fosas nasales. 

─Levántalo, Luther. ─ordené─. Debemos irnos antes de que llamen a la policía. ─añadí.

De inmediato pude ver al rubio acercarse al ojiverde y sin necesidad de mucho esfuerzo lo cargó en brazos como si fuese un bebé. 

Cinco no soltó ni por un instante al ridículo maniquí.

Me percaté de que había un libro abierto en el suelo.

Me incliné y lo tomé, fruncí el ceño confundida al ver que se trataba de un ejemplar de Extra-Ordinaria, el libro de Vanya.

Tenía un montón de cosas escritas en los bordes de las hojas, decidí meterlo en mi bolso porque supuse que era importante para Cinco.

─¿A dónde lo llevamos? ─preguntó Luther.

─Vivo en un gimnasio a un par de cuadras de aquí, es un lugar seguro, podemos pasar la noche ahí sin problemas. ─contestó Diego.

Accedimos sin peros.

─Oigan, esperen. ─interpuso Cinco─. Olvidé presentarles a mi chica. ─adjuntó.

Fruncí el ceño confundida.

─Luther, Diego, Syd. ─hizo una pausa─. Les presento a Dolores. ─añadió señalando al maniquí que llevaba abrazado.

Tragué saliva con fuerza.

¿Entonces todo este tiempo 'Dolores' no era más que un pedazo de muñeca? Literalmente.

─Y eso no es lo mejor. ─se detuvo el castaño─. Vamos Syd, ven aquí, huele su camisa. ─ordenó.

─¿Qué? ─resoplé.

─¡Huele su camisa! ─exclamó con una sonrisa.

Caminé lentamente y acerqué mi nariz al maniquí.

Suspiré con fuerza el aroma que emanaba la tela de su blusa y rápidamente un viejo recuerdo invadió mi memoria. Una imagen mía de cuando era pequeña y me aplicaba un poco de Rosie, mi perfume favorito de aquel entonces y que tenía una fragancia combinada entre menta, coco salvaje y frutas tropicales.

 Una imagen mía de cuando era pequeña y me aplicaba un poco de Rosie, mi perfume favorito de aquel entonces y que tenía una fragancia combinada entre menta, coco salvaje y frutas tropicales

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Cinco le había puesto de mi en ese entonces perfume a la ropa del maniquí.

Tensioné la mandíbula y de repente todo tuvo sentido.

EL MISTERIO DE QUEBEC © » 1M8.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora