Cita De Juegos [Ben Hardy Y Tú] I & II COMPLETA ✔️

Capítulo 59

Capítulo 59. Cumpleaños.

Año nuevo había pasado hace dos días ya, mis primos se habían marchado el día anterior y sin querer me había dado cuenta de que no era la única con una situación crítica.

La noche después de año nuevo me encontraba a media noche aún despierta sentada sobre mi cama aún hecha. Ni siquiera me había molestado en tomar las cobijas para cubrirme, y si bien ni siquiera sentía frío.
Mi mente no dejaba de divagar en aquella escena en la calle con Gwilym, y no se diga de Ben. Dios sabía que no podía sacarlo de mis pensamientos en mi un solo momento, y que en cada uno de ellos terminaba por romper en llanto. 

En un intento por callar mi mente y poder conciliar el sueño termine por salir a paso silencioso de mi habitación y escabullirme hasta la cocina, al llegar a esta me dirijo hacia el refrigerador de dónde saco la caja con leche y tomo un vaso de cristal para vaciar un poco de la bebida. Al terminar de tomar la leche dejo el vaso en el fregadero y entonces mi mirada va hacia la ventana donde a través puedo percatarme de que la luz trasera se ha quedado encendida.

Guardo la leche dentro de la nevera y salgo de la cocina encaminandome hacia la puerta trasera de cristal y correr está apenas un poco para salir afuera. Una vez en el patio soy abrazada por el frío de la noche me que hace soltar un pequeño gemido ante aquella sensación.

Cuando estoy por tocar el interruptor para apagar las luces puedo ver en una esquina de la casa dos siluetas de personas lo cual me alarma de inmediato. Sintiendo el pánico comenzando a invadirme tomo el bat de béisbol de mi padre que ni siquiera tengo idea de porque está aquí y me encaminó silenciosa hasta donde aquellas siluetas.

Mientras más me acerco más sonidos extraños escuchó y una vez que estoy cerca puedo percatarme de que se trata de dos personas, aparentemente besandose. Y no es hasta que doy un par de paso más que termino oír soltar un pequeño grito que hace que aquellas personas se alejen y griten conmigo.

El bate se me cae de las manos y enseguida el chico de cabello castaño corre hasta mi para cubrirme la boca haciéndome callar. Con los ojos bien abiertos paseo mi vista de Louis hacia la chica pelirroja que nos mira desde la esquina y viceversa.

Ese fue el día en el que me enteré de que mi primo, Louis, había entablado una relación secreta con mi vecina y mejor amiga de la cual ahora era conocedora. Comenzaron contándome como fue que inicio todo y fue a causa de mi fiesta de cumpleaños. Y, bueno, en parte me daba consuelo saber que mis acciones no solo traían desgracia, sino también unión y felicidad para otros.

Nunca antes me había sentido tan segura en la comodidad de mi cama y bajo la calidez de mis cobijas. Sabia que ya pasaba del medio día, pero no sentía la suficiente fuerza para ponerme en pie, aunque la necesidad en mi estómago pidiendo comida se volviera más insistente a cada minuto.

Y no fue hasta que el sonido de la puerta de mi habitación abriéndose me hizo salir de aquel trance depresivo. Abro los ojos encontrándome con una larga figura la cual reconozco como mi hermana.

—¿Y ahora que sucede? ¿Por qué no has bajado a desayunar? De hecho, ¿Por qué ni siquiera te has levantado?

—No me siento bien — murmuro con la voz aún ronca y cierro los ojos nuevamente.

—Vale, quiero que salgas de cama, y bajes en diez minutos para comer algo.

Luego de sentir un golpe en mi trasero por parte de mi hermana escucho sus pasos alejándose y la puerta abriéndose y cerrándose una vez más.

Me toma un poco más de diez minutos lograr finalmente salir de mi cama y caminar hasta la puerta arrastrando los pies envuelta con una cobija. Una vez fuera de mi habitación camino por el pasillo y camino a paso lento hasta llegar a las escaleras y continuar tomándome mi tiempo hasta llegar a la primera planta.