Capítulo 39

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Holi linduras, bueno, como hoy estamos tanto recordando a Freddie como celebrando a Gwil les traigo un capítulo que espero que disfruten, no tengo más que decir así que les dejo con el capítulo 39 y esperaré ansiosa sus reacciones.

Las tqm ❤️

39. Te extrañamos.

Ben

Trato de concentrarme en las palabras de mi hermana pero mi mente se niega a estar atenta y me lleva a pensar en cientos de cosas.

Como ya se me eetabs volviendo costumbre.

— ¿Estás bien cariño?

La voz de mi madre me hace llegar mi mirada hacia ella y con un ligero asentimiento y una pequeña sonrisa le respondo que si.

— Creo que ire a dormir un poco antes de volver al hospital — me pongo de pie sintiendo la mirada de todos y disculpándome salgo del comedor y comienzo mi camino hacia la planta de arriba.

Una vez en mi habitación me recuesto sobre mi cama y poniéndome cómodo cierro los ojos y dejó que mi cuerpo se relaje.

Y entonces la veo a ella.

Sus ojos haciéndose pequeños cada vez que sonríe demasiado, él como todo se ilumina cuando ríe, su cuerpo moviéndose al ritmo de su canción favorita de Bruno Mars y el como hace unos gestos para que te unas a ella. Siento como en mis labios de forma una sonrisa y mantengo mis ojos cerrados para que aquella escena no se borre.

En estos momentos disfruto el poco tiempo que duermo porque se ha vuelto la única forma por el momento para poder estar con ella, para escucharla decirme que me quiere y que todo va a estar bien, para volver a bailar nuestras canciones favoritas y abrazarnos como si la vida se nos fuese en ello.

Siempre habíamos estado en todo momento juntos, si yo me enfermaba ella sería la primera en estar para mí y sanarme, pero yo no sabía cómo ayudarla a ella. Y eso era algo que me molestaba mucho, me molestaba solo poder estar al tanto del teléfono por si surgía una noticia y el pasar noches en vela en el hospital durmiendo en una silla junto a su cama.

Me molestaba que el doctor nos dijera que su estado no mejoraba pero tampoco empeoraba, y las miradas, esas miradas que mi familia me da cada vez que salgo hacia el hospital para este con ella, esas miradas llenas de pena también me molestan.

Pero mi enojo tampoco hará una mínima de diferencia ante lo que está pasando, así que me lo guardo y trato de irgnorar todo eso y enfocarme en ella. En tratar de estar lo mejor posible para poder seguir cuidando de mi chica, eso era lo único que me hacía levantarme de mi cama por las mañanas y seguir mi rutina diaria.

Y así iba a seguir siendo el tiempo que fuera necesario.

...

Bajo del auto y pongo el seguro a todas las puertas, dirijo mi mirada unos segundos hacia el pequeño ramo de  flores en mi mano izquierda y comienzo mi camino hacia la entrada del hospital y seguido subo unos cuantos escalones adentrándome a este.

Nunca me han gustado este tipo de lugares, sus olores, las personas yendo y viniendo. Pero incluso a esto me estaba acostumbrando, ya casi sentía que podía entrar ahí y no entrar en pánico al ver agetreo por una persona herida o a alguien siendo llevado a emergencias por una intoxicación.

Sigo mi caminar hasta llegar al pasillo que ya conozco y continuó hasta llegar a la puerta blanca con los números 243 pintados en la parte superior sobre un pequeño cuadro de madera. Abro la puerta con lentitud y mis ojos dan con una mirada azulada que aunque luce cansada me da una pequeña sonrisa.

— Hola Seb.

— Hola amigo — el pelinegro sigue con su mirada mis movimientos mientras yo e adentro a la habitación cerrando la puerta detrás de mí.

— ¿Todo bien? — el pelinegro asiente y yo me dirijo hacia la mesita junto a la camilla y dejo el ramo ahí.

Tomo el jarrón con las flores marchitas y cuando estoy por volver a la puerta veo a Sebastián ponerse de pie.

— Yo voy a cambiar el agua.

Asiento ligeramente y le entrego el jarrón al chico quién segundos después me deja solo en la habitación con mi chica.

Rodeo la cama para tomar asiento en el lugar que ocupaba Seb y cómo se ha vuelto mi costumbre entrelazó mi mano con la suya.

— Los chicos del instituto te envían saludos, incluso el idiota de Peters — río ante mis palabras y hago una pequeña pausa — todos esperan que te recuperes pronto y que vuelvas con nosotros, porque si lo harás ¿Verdad?

El sonido de las máquinas de como mi respuesta ante mi pregunta y siento un pesado suspiro. Recuesto mi cabeza sobre la camilla y mantengo mi mirada en el piso.

— ¿Cuánto tiempo más necesitas _______? Todos en casa, y en la escuela te extrañamos, y te queremos de vuelta — el nudo en mi garganta se hace presente y me cuesta hablar con el — por favor, vuelve conmigo.

Mi agarre sobre su mano se vuelve firme por unos segundos y después vuelve a dar flojo. Cierro los ojos tratando de luchar con las lágrimas y dejó de respirar cuando siento un suave apretón sobre mi mano unida con la suya.

Rápidamente levantó la mirada y la veo tan tranquila como siempre, espero ansioso durante unos segundos y entonces el sonido de la puerta abrirse me hace sobresaltarme.

— Oh, hola, había olvidado que vendrías hoy — le doy una pequeña sonrisa a Vanessa y esta se gira a cerrar la puerta.

— Tu siempre tan olvidadiza.

Abro los ojos con ligereza y veo a Vanessa girar lentamente el rostro hacia mi, dejo de respirar nuevamente y me vuelvo con mucha lentitud hacia la camilla. Un jadeo de sorpresa abandona mis labios cuando veo esos hermosos ojos abiertos nuevamente.

— Hola Ben.

Cita De Juegos [Ben Hardy Y Tú] I & II COMPLETA ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora