45. La familia de mamá.
Una vez más me encuentro en aquel pasivo lugar pero solitario.
Siento que he estado aquí tantas veces que ya no me asusta, o tal vez nunca me asusto. No sé. Camino hacia el frente sintiendo el pasto hacer contacto directo en la planta de mi pie y sonrío ligeramente al sentir los cosquilleos que aquello me ocasiona. Continuó caminando llevando mi mirada de un lado a otro hasta que me detengo con la mirada al frente.
Y ahí la veo. A unos metros de mí con una hermosa sonrisa dibujada en su rostro. Su oscuro cabello le cae por la espalda en delicadas ondas y lleva un delicado vestido blanco. No puedo evitar devolverle el gesto y al verla extender sus brazos a los lados me dirijo a ella a pasos grandes. Ansiosa por su tacto.
Con cada paso que daba iba acortando la distancia más y más. Y en un momento, ella se esfumó. Desconcertada, me quedé de pie en mi lugar y lleve mi mirada hacia todos lados.
— ___________
En su momento no reconocí de quién era la voz.
— Mamá...
— __________, despierta.
— Despierta.
Abro los ojos con rapidez y giró un poco el rostro encontrándome a mi hermana a unos metros de la cama. Le doy una pequeña sonrisa y ella me devuelve el gesto.
— Cinco minutos más — murmuro tomando con una mano las cobijas para cubrir mi rostro.
— En menos de cinco minutos ellos pueden llegar.
Me enderezó sobre la cama con rapidez y miro a mí hermana sonreírme con un poco de burla.
— ¿Llegaban hoy? — Vanne asiente y enseguida me levanto de la cama y corro a encerrarme al baño.
— ¡Date prisa, Ben ya está abajo! — la escucho gritar al otro lado de la puerta.
— Genial — murmuro para mí misma mientras me deshago de mi ropa.
Hace unas semanas que había hablado con Ben, desde entonces me acompañaba a mis chequeos médicos. Ya podía retener un poco más de información, él y Vanessa me estaban ayudando a recordar las cosas que había olvidado, pude recuperar algunos recuerdos, otros no. Pero para mí aquello ya era algo, ahora me encontraba trabajando en centrar mi mente en el momento en el que me encontrará, a no quedarme en blanco y perderme durante unos segundos.
Unos minutos más tarde he salido de bañarme y me dirijo hacia mi armario para buscar algo que pornerme. Opto por usar un vestido floreado y unos zapatos de piso, recojo mi cabello en un mono alto y no dejo ni un cabello fuera de su lugar. Dejo mi rostro limpio de maquillaje y solo uso un poco de brillo para mis labios. Bajo a toda prisa las escaleras y una vez en la planta baja camino hasta llegar al comedor donde se encuentran todos ayudando a poner la mesa.
— ¡Buenos días familia! — saludo animadamente y me acerco a mi padre para besarle la mejilla.
— Buenos días bella durmiente — el rubio al otro extremo de la mesa me devuelve el saludo con burla y me guiña el ojo.
Le saco la lengua en un gesto divertido y en mi camino hacia la cocina chico los cinco con Sebastián. Me dirijo hacia la isla donde veo unos panqueques y cuando estoy por acercarme a tomar uno el timbre de la casa suena y seguido siento como me toman por la cintura dirigiéndome hacia afuera de la cocina.
Con Ben aún sosteniendome por la cintura llegamos a la puerta principal la cual mi padre ha abierto dejando ver a una pareja de adultos mayores con un par de maletas cada uno.
— ¡Johnatan! querido, cuánto tiempo sin verte — murmura la mujer mientras envuelve a mi padre en un pequeño abrazo y segundos después se separan a lo que el otro hombre se acerca a saludarlo también — ¡Mis pequeñas!
— ¡Abuela! — mi hermana y yo nos acercamos a ella y nos unimos en un fuerte abrazo. La escuchamos reír un poco y segundos después se separa de nosotros.
— ¡Benny!
— ¡Abue! — el rubio se acerca a la mujer mayor y ambos se abrazan con gusto. Se apartan para tomarse las manos y mirarse sonrientes.
— Mira qué guapo te has puesto muchachito — exclama mi abuela mientras lleva sus manos al rostro de Ben a lo que esté sonríe. Sus ojos van hacia el chico a unos pasos de Ben y su expresión cambia por completo. — Y tú, debes ser Sebastián.
El pelinegro se acerca sonriente a mi abuela extendiendo su mano con dirección hacia ella, los ojos claros de la mujer van del gesto del chico a su rostro y formando una pequeña sonrisa en su rostro se acerca para envolverlo en un abrazo sorprendiendo a Sebastián.
Miro a Vanne y está me mira a mi cómplice. Vuelve a mirar hacia donde Seb y la abuela y no oculta lo feliz que la ha hecho la reacción de la abuela. Se aleja de mí para acercarse a ellos y cuando vuelvo mi mirada hacia el frente veo a una de mis personas favoritas.
— Hola pequeña.
— ¡Abuelo! — ambos nos abrazamos con firmeza y un rato después nos separamos — me da mucho gusto que estén aquí.
— Y a nosotros también nos alegra estar aquí — el hombre frente a mí pasa su mano por mí brazo y no puedo evitar volver a abrazarlo.
Vanessa solía contarme, que cuando ella nació los abuelos venían constantemente a visitarlos, a verla a ella, estar con mi madre. Y el día que yo nací no fue la excepción. Perdieron a su única hija y dolor no pudo ser peor por ello. Se quedaron por un par de meses para estar con nosotros y luego se fueron. Paso mucho tiempo para que volvieran a regresar, y cuando lo hacían, volvía a pasar aún más tiempo para volverlo a ver.
Yo sabía que les dolía volver a este lugar en el que habían visto a su hija crecer, formar su propia familia, y luego morir.
Y no los culpaba. No a ellos.
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Holaaa mis linduras!!
Estoy contenta de por fin poderles traer un capítulo que espero sea de su agrado, iré actualizando de poco en poco y trataré de despejar mi mente para que me sea posible.
Si llegaron a leer el último mensaje en mi tablero se dieron cuenta de que no actualizaría pronto, e incluso llegué a pensar en borrar todas mis historias. Comencé este año de una muy mala manera y mi mente me lo hizo mucho más difícil.
Sé que no debe importarles, pero tal vez sea bueno desahogarme.
Sin más que decir me despido de ustedes esperando que se encuentren bien.
Un abrazo y las tqm ❤️
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Cita De Juegos [Ben Hardy Y Tú] I & II COMPLETA ✔️
Fanfic______ y Ben han sido mejores amigos desde siempre, pero el cariño que ella siente por el va cambiando con el pasar de los años. El temor a que él la rechacé y su amistad pueda acabar la lleva a reprimir sus sentimientos y conformarse con estar cerc...