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JiMin se levantó de la cama, para ponerse nuevamente su ropa. Bajó hasta la cocina y comenzó a preparar algo para comer, ya que tenía demasiada hambre.

Minutos después sintió unos brazos rodeando su cintura, dio un respingo ante el susto, pero sabía perfectamente quien era así que no se dio vuelta para observarlo.

— Creí que me esperarías en la habitación— Dijo YoonGi, besando la mejilla de JiMin, quien solo rió.

— Tenía demasiada hambre. Lo siento.

YoonGi negó y se separó, para ir a la nevera y sacar la leche. La destapó y comenzó a beberla. JiMin lo observó y frunció el ceño

— ¡Así no se toma!— Gritó JiMin provocando que el mayor se asustara y dejara de tomar leche— ¡Busca un vaso!

— Pero...

— ¡No seas cochino. Tu saliva va a quedar allí!

— Pero si ya tienes mi saliva por todo tu cuerpo.

— ¡Ese no es el tema!

YoonGi rió, al ver lo enojado que estaba el castaño.

— Amor, hay cientos de caja de leche en la nevera, no hagas demasiado escandalo— Dijo YoonGi.

JiMin bufó enojado y apagó la estufa, cuando el pollo ya estaba listo. Lo sirvió en su plato y después sacó el jugo de naranja para servirse.

— ¿No me darás?— Preguntó YoonGi.

— No. Toma tu leche— Dijo JiMin, yendo al comedor.

YoonGi solo rió y revolvió su cabello mojado, antes de tomar lo último que quedaba de leche. Botó la caja y caminó hasta el comedor. Donde se encontraba su pequeño comiendo, con su ceño fruncido.

Se sentó al lado del castaño y acarició su mejilla.

— Ya. No te enojes por eso— Dijo el mayor.

JiMin lo miró con un puchero.

— Hombre viejo, y sigues tomando leche desde el envase.

— ¡No soy tan viejo! Solo te llevo por doce años.

— Viejo.

YoonGi tomó la pequeña nariz de su pequeño y la tiró levemente.

— Siempre que te enojas me llamas viejo— Dice YoonGi, besando la mejilla de su novio— ¿Y yo como debería de llamarte? ¿Mocoso, niño?

— Amor— Aclaró JiMin.

— ¿Ah si? ¿Entonces yo debo de llamarte cariñosamente mientras que tú me dices viejo? Eso es injusto.

JiMin rió. El peligris pasó su brazo por la cintura de su pequeño y ocultó su rostro en el cuello de JiMin, mientras que este seguía comiendo.

— ¿En serio no me darás?— Preguntó YoonGi sobre el cuello de JiMin.

— No, es mío.

YoonGi mordió el cuello de JiMin, sin llegar a lastimarlo, y después se levantó para ir a la cocina y buscarse una fruta para comer.

Después de todo no tenía tanta hambre.

El peligris frunció el ceño, cuando vio a JiMin correr hasta el baño, mientras tapaba su boca con su mano y con la otra sostenía su abdomen.

— Amor, ¿estás bien?— Preguntó YoonGi, y cuando escuchó al menor vomitar se preocupó.

Entró al baño, y vio al castaño arrodillado frente a la taza del baño, mientras vomitaba todo lo que había comido hace unos segundos atrás.

— Amor, ¿que sucedió?— Preguntó YoonGi, acariciando la espalda del castaño.

— N-No veas— Dijo el menor bajando la tapa.

Se sentó sobre la tapa de la taza y tiró la cadena del baño, mientras cubría su rostro con sus manos.

— Bebé, ¿que es lo que pasa? Hace unos segundos estabas bien— Dijo el mayor, poniéndose de cuclillas frente al castaño.

YoonGi acarició la mejilla de JiMin y lo miró con preocupación.

— No lo sé. Este mes he estado con demasiados malestares. Todo me da nauseas— Respondió JiMin.

— ¿No haz ido al doctor?

— No quiero que mis padres me regañen.

— ¿Eso importa más que tu salud? Amor, puedes tener algún virus.

JiMin se levantó, y lavó su boca.

YoonGi se acercó a JiMin y lo dio vuelta, para sentarlo sobre el lavamanos. Tomó el rostro del menor y secó las lagrimas que ya habían comenzado a caer sobre la mejilla del castaño.

— Dime la verdad, JiMin. ¿Que es lo que te tiene así?

JiMin suspiró.

— Son los nervios. Pronto tendré otro concurso, y temo perder o hacer algo mal.

— Así que eso es. Sabes que lo harás excelente, amor. Confío en ti.

JiMin sonrió.

— Gracias, viejo.

































































Lie ||Yoonmin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora