Capítulo cuatro
Lea Díaz
—Que suenen los tambores de preámbulo— me encanta hacer esto.
Mi hermana trata de imitar unos tambores de preámbulo, pero no puede por sus uñas largas y envidiables.
Y yo aquí, mis dedos parecen unos huevos o la cabeza de una persona calva porque solo se ve la carne.
—Creo que ya tengo trabajo!— okay... creo que hablé muy rápido, no sé si me entendió, ojalá que sí.
—Espera, habla más lento— dice cada palabra como si estuviese deletreando.
¿Cree que soy china o qué?.
—Creo que tengo trabajo— exclamo cada palabra con más lentitud de como me lo pidió.
— ¿Qué?!— se levanta de la mesa emocionada. —Qué bueno!, ¿Pero cómo?— me pregunta confundida.
—El dueño de la universidad me eligió para hacer la pasantía en su empresa, por ser un estudiante excelente este año.
Luz se queda boquiabierta. —Pero qué hombre ni más astuto!, crea un árbol enorme y hermoso, y él mismo se come todo lo que el árbol de— dice de manera pensativa, mientras da vuelta por la sala.
—Ah, Luz, quiero decirte algo— logro captar su atención con mi llamado, logrando que esta se voltee a verme.
—Sí, dime— se sienta a mi lado.
—Cuando firme el contrato, y ya el trabajo esté seguro, quiero que dejes uno de tus trabajos— me interrumpe.
—¡Ay, no! Claro que no— exclama con voz firme.
— ¡Escúchame !— la agarró de los hombros y la sacudo, puesto a que no tengo de otra. —Quiero que dejes uno de tus trabajos para que estudies lo que tanto te gusta, yo te voy a ayudar.
—No sé, Lea— dice indecisa.
—Confía en mí, pronto vas a ser una gran doctora en leyes— la inseguridad es más que notable en su mirada. —Además, la empresa donde voy a trabajar es muy grande y famosa, estoy seguro de que mi sueldo estará más que bien.
—Pero todavía no sabes cuánto vas a ganar, o si te vas a quedar con ese trabajo, realmente— se levanta y empieza a dar vueltas por la sala nuevamente.
—Pero no te estoy pidiendo que dejes todo ahora, sé que eso es imposible y peligroso—hago una pequeña pausa. —Solo te estoy pidiendo que confíes en mí. Luz... ¿Por qué no? ¿Por qué no puedes ser perfeccionista al igual que yo?.
La miro directamente a los ojos, y sin siquiera hablar, conozco las respuestas hacia mis preguntas.
Después de verle varias veces y dar varias vueltas por la sala, Luz suelta un suspiro. —Gracias— es lo único que el nudo que se le forma en la garganta debido a las lágrimas que se acumulan en sus ojos, la dejan articular.
—Te lo mereces, Luz— el abrazo. —Puedes agradecérmelo si me dices: ¿Qué hago?— me separo de ella nuevamente.
—¿De qué hablas?.
—Es que... hoy el profesor que te dijo que no soporto; porque él no me soportó.
—Si, ¿Qué pasó?.
—Él... se cayó— la imagen de él tirado en el suelo, llega a mi cabeza y no puede evitar soltar una pequeña carcajada.
—¡Lea!— reprocha ante mi risa.
—Bueno... el caso es que él se lastimó un brazo, entonces yo lo ayudé, y después él me llamó y me dio las gracias por haberle ayudado, y... me invitó a cenar y estúpidamente dije que si, y ahora no sé qué hacer.
—No vayas.
—No es tan fácil, además, ya dije que sí.
—Entonces ve.
—Pero no me quiero quedar sola con él, ayúdame, por favor.
—Está bien— suspiro. —Voy a ir a la cita discretamente.
—No es una cita.
—Si, como sea, leí el pronóstico de mañana, va a llover, entonces voy a decir que no tengo como irme y que me voy a tener que quedar, aunque mi intención era llevarte y nada más.
—¡Eres un genio!.
***
—Buenos días, señor Gil— saludo cortésmente cuando, por casualidad, nos encontramos en el ascensor.
—Oh, buenos días, señorita, iba a bajar para esperarla, pero veo que usted se me ha adelantado.
—No hacía falta— exclamó con una sonrisa.
—Aunque tengo que mostrarle todo desde el primer piso, así que vamos a tener que bajar de nuevo— su tono de voz es neutro, dando una ligera capa de protección a nuestra relación jefe-empleada.
***
—Este es el área de administración, en esta área es que usted va a trabajar, venga y le muestro lo que sería su oficina, claro, siempre y cuando, acepte la oportunidad— claro que la voy a aceptar.
—Es hermosa— no puedo evitar mencionarla.
Sí que voy a dar muchas vueltas en esa silla de oficina.
El tono de llamada de mi celular interrumpe mis pensamientos.
Me alejo del Guapodioso con una cara avergonzada y un sentimiento.
Llamada de: Profesor Gutiérrez.
—Aló— contesto la llamada.
—Hola, Lea, quería saber si todavía está en pie lo de nuestra ci... bueno... lo de nuestra salida a cenar.
—Si, todavía sigue en pie— afirmó. —Discúlpeme, pero tengo que colgar, adiós— cuelgo rápidamente al ver la cara que tiene el Guapodioso.
—Discúlpeme, señorita, pero en caso de que acepte la propuesta de trabajo, no pueden ocurrir este tipo de distracciones, ¿De acuerdo?— Guapodioso... ruedo los ojos mentalmente.
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🍓❝𝐄𝐦𝐛𝐚𝐫𝐚𝐳𝐚𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐦𝐢 𝐉𝐞𝐟𝐞 ❞🍓✓
RomanceUn hombre frívolo, y una mujer sensible, que sienten una gran atracción irresistible, y que tendrán que trabajar juntos, sin caer en la tentación... Embarazada de mi jefe: Mi jefe es un Guapodioso. No se aceptan copias y/o adaptaciones©️