16. "¡¿Qué hicieron?!"

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Dedicado a contrerasmariacam EmirethRangel Tellbloom Mary271094 y a annnnnngMD gracias por haber leído, apoyado, votado y comentado el anterior capítulo, mil gracias, mis amores💖

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Capítulo dieciséis

Lea Díaz

Esa noche regresé a mi casa pensando en lo sucedido, no lloré más, simplemente me quedé pensando...

¿Por qué Santiago me dice tantas cosas bonitas y falsas, si al final se queda con ella? Y creo tener la repuesta: Crueldad.

Simplemente hay personas que no se conforman, son avariciosas, tienen su pareja, pero no pierden oportunidad con nadie, y Santiago es una de esas personas.

Palabras bonitas, besos, caricias envolventes, pasión, atracción... solo se trata de eso... no hay nada en su manera de "amar" que tenga que ver con amor, no hay sentimientos, no hay sinceridad, no hay fidelidad.

Y entre sus tantos juegos, yo casi soy su nueva muñeca sexual... La estúpida Lea casi cae...

Si lago tengo que agradecerle a la vida es que me hace sufrir para no caer en la maldad de la gente, primero hace que me entere de todo, y lloro y me decepciono, pero no dejo que jueguen conmigo.

¿Cómo caer en la actuación de una persona cuando ya sabes que todo se basa en un maldito teatro envolvente y manipulador?.

Anoche me di cuenta de que, mis lágrimas se están secando, mi corazón se está endureciendo, poco a poco sus palabras y "acciones" actuadas han dejado de tener cierto efecto en mí.

Ya no me provoca estragos verlo con su prometida, porque poco a poco, me he acostumbrado inconscientemente a caer en la realidad de que ellos tienen una relación, una relación que al parecer nunca acabará porque al contrario de mí, Lorena si cree en sus actuaciones.

Cielos... está tan acostumbrando a dejarla en ridículo, salir con ellas en los periódicos, y engañarla con otras... es una crueldad en la que estuve a punto de caer.

En su maldito juego, el único que sale reinando es él, el único que gana es él; porque él no siente. Pero ahora espero con tranquilidad que su tiempo de sufrir y enamorarse realmente lleguen, y ojalá que no sea tarde para él y su desafortunada fama de mujeriego.

Ahora estoy en la empresa trabajando hasta que el viejo regordete abre la puerta de su oficina y me mira con una sonrisa triunfante.

—¡Señorita Díaz!— me llama educadamente para aparentar que no me acosa, y que me trata con mucho respeto.

Me levanto de mi asiento y camino hacia él.      —¿Si, señor?— pregunto con desinterés.

—El señor Gil quiere que usted vaya a su oficina lo más pronto posible— me avisa.

—Si, señor, ¿Algo más?— pregunto.

—¿Me vas a dar lo que quiero?— pregunta en un tono de voz más bajo para que solo yo pueda escucharlo.

—Claro que no— pongo los oídos en blanco.

—Entonces retírese— asiento y camino hacia el ascensor, cuando llego, presiono el botón del último piso del edificio, y mientras el ascensor empieza a ascender, yo me voy preparando mentalmente para lo que sea que vaya a pasar.

Cuando llego al último piso, camino lentamente hacia la puerta que está al fondo del pasillo.

—Joshua, yo sé que ella no te agrada pero es mi no— es lo que escucho antes de tocar la puerta.

—Joshua, hablamos después, hermano— hace silencio por unos cortos segundos. —¡Adelante!— abro la puerta y entro a la oficina.

—Señor, ¿En qué necesita que lo ayude?— le pregunto, mientras lo miro a la cara y me quedo sorprendido al verlo.

Santiago tiene un aspecto desaliñado, su hermosa melena rubia está despeinada, bajo sus hermosos ojos verdes, se encuentran unas enormes bolsas negras y en vez de su perfume, huele a alcohol.

Siempre es lo mismo, creo que ya es maquillaje...

—Si, Lea, yo te quiero explicar lo que pasó ayer, yo— lo interrumpo.

—Señor, yo soy solo su empleada, no tiene por qué darme explicaciones.

—Lea, tú sabes que no eres simplemente mi empleada.

—Eso es justamente lo que soy.

—No— dice como si tratara de creerlo él, y no de hacérmelo creer a mí. —Sé que estás enojada conmigo, pero deja que te explique— se levanta lentamente de su asiento, y empieza a caminará hacia mí.

—No, señor, como le dije, usted no me debe explicaciones, y si esa es su preocupación, ya no se preocupe, todo es como debe ser entre nosotros, si eso era todo, me retiro.

Me agarra de la cintura e intenta besarme, pero como siempre, lo rechazo. —No quieres que te de explicaciones;!porque sabes bien que no la mereces— trato de soltarme de su agarre, pero este no cede. —Porque sabes que tú me dejaste solo y te fuiste con ese tipejo.

—¿Solo?— río sin gracia. —Yo recuerdo haberlo dejado con su prometida.

—Esa no era excusa para que te hayas ido con ese idiota, dime la verdad, ¿Qué hiciste con él? ¿Ustedes tienen algo?— me pregunta enojado.

—Discúlpeme, pero usted no tiene ningún derecho de entrometerse en mi vida personal.

—¿N-No tengo derecho? ¡¿No tengo derecho?!— grita. —No me importa si tengo derecho o no, ahora me dirás ¡¿Qué hicieron, Lea?!— me pregunta exaltado y enojado.

—Ese no es problema suyo, suélteme— trato de soltarme de su agarre, pero este solo me agarra más fuerte.

—Dime, ¿Acaso él te besa como yo lo hago?— trata de besarme, pero vuelve a obtener un rechazo de mi parte. Sigo tratando de soltarme de su agarre, pero este no se rinde con facilidad y sigue intentando besarme.

—¡Suélteme!— escuchamos unos toques en la puerta, y después esta se abre haciendo que automáticamente Santiago me suelte.

—¡Amor!— exclama Lorena con voz chillona, mientras corre hacia Santiago y lo besa delante de mí. Aprovecho el momento y salgo de la oficina rápidamente.

Nunca voy a dejar que Santiago Gil vuelva a jugar conmigo. No lo permitiré jamás.

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Nota de autora: Muchas gracias por motivarme con sus comentarios en mi tablero y en la novela, no saben cuánto los valoro, Moo gracias💖 Yo también los amo mucho💖🌙⚡️

Pd: ¿Quién más ha notado que a Lea la intentan besar demasiado? Jajajaja

🍓❝𝐄𝐦𝐛𝐚𝐫𝐚𝐳𝐚𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐦𝐢 𝐉𝐞𝐟𝐞 ❞🍓✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora