🍓❝𝐄𝐦𝐛𝐚𝐫𝐚𝐳𝐚𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐦𝐢 𝐉𝐞𝐟𝐞 ❞🍓✓

34. La gala II

Dedicado a @EmirethRangel @contrerasmariacam @IselaBanegas muchas gracias por haber leído, votado y apoyado el capítulo anterior, muchas gracias, hermosas💖

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34. La gala II

Capítulo treinta y cuatro

Lea Díaz

—Discúlpeme, yo — me interrumpe.

—Te esperaré aquí, Lea— asiento, y me levanto de la banca. —Por favor, vuelve, quiero hablar contigo— toma mi mano, y le da un beso.

—SS-Si yo volveré... si— le dedico una última mirada a Fernando, y camino hacia Santiago, quién me mira con enojo reflejado en sus ojos.

—¿Si, señor?— digo con un tono de voz neutro.

—¿Qué haces hablando con ese idiota?— pronuncia cada palabra rechinando los dientes.

—¿Señor, necesita algo?— le pregunto evadiendo su pregunta.

—¡Maldición! ¡No evadas mi pregunta!— me agarra el brazo bruscamente.

—Señor, suélteme, nos están viendo raro— le digo refiriendome a las demás personas que están charlando en el jardín.

—A mí no me importa que nos miren, quiero que— lo interrumpo.

—Debería importarle, a menos que quiera que piensen que tenemos una relación más allá de jefe a empleada.

—¡Maldición, Lea !, yo no quise decir que no somos nada, tú sabes bien que no somos solo compañeros de trabajo, lo sabes perfectamente.

Nunca quiere decir nada, nunca es su intención cuando dice cosas que no... que no me hacen bien.

—Pero usted no lo sabía.

—¿Sabía?, yo no te entiendo, Lea, ¿Qué quieres decir con eso?.

—Que el hecho de que nos hayamos dado un par de orgasmos, no significa que seamos novios— sonrío amargamente. —Creo que usted tiene eso más que claro, me lo demostró hace un momento, ¿No ?.

—Lea, ella es la hija del socio mayoritario de Exme.

—Eso no me importa, solo quiero que me suelte, y que me deje tranquila.

—¿Para qué? ¿Para que te vayas con ese... ¡Idiota!?— grita en dirección a Fernando.

—Ese no es su problema, señor, después de todo, usted es solo mi jefe, y yo solo su empleada— me suelto bruscamente de su agarre, y me volteo para ir a hablar con Fernando, pero Santiago me voltea.

No te entiendo, ayer me dejaste solo, hoy finjiste empatía hacia Lorena, después te vas del lugar donde te dije que te quedaras, y ahora me haces una escena de celos.

—¿Yo? ¿Yo soy la que estoy haciendo una escena de celos? ¿Está usted seguro de eso, señor Gil?— le pregunto sin apartar mi mirada de sus ojos.