36. Humillada

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Dedicado a @EmirethRangel @RosannaPeaRuiz @IselaBanegas @contrerasmariacam @annnnnngMD muchas gracias por haber votado, leído y apoyado el capítulo anterior, mil gracias, hermosa 💖🤩

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36. Humillada

Capítulo treinta y seis

Lea Díaz

Que no diga que fuimos novios, que no diga que fuimos novios.

—Nosotros fuimos novios, señor— ¡Maldición!.

—¿Novios?— Santiago me mira de una manera que hace que me den escalofríos.

—Si, Lea es la mujer de mi vida, yo quisiera hacer un viaje en el tiempo, y evitar que se fuera de mi lado, pero— suspira. —Ahora solo me toca resignarme, y... tratar de recuperarla.

Santiago lo mira con una ceja arqueada. —Mejor ríndete.

—Eso no está dentro de mis planes, y creo que ya tengo un buen comienzo, la quiero convencer para que cenemos, y hablemos de nuestra historia— dice, mientras me mira con ojos de enamorado.

—Mira, Iván— sé que esto se va a poner feo, así que lo interrumpo.

—Señor Gil, ¿Me quedaré aquí? — ¡Diablos!, ¿Por qué no se me podía ocurrir otra cosa?.

—Eso ya lo sabes, Lea— dice con su típico tono frío. —Tu deber como mi futura espo— lo interrumpo.

—Ivan, creo que podemos ir a cenar el viernes.

Muajajaja, llegó la hora de mi venganza.

—Si claro, Lea, muchas gracias, amor— se acerca a mí, me abraza, y después me da un beso en la comisura de mis labios. —Tenemos que elegir un lugar, y una hora para vernos— asiento con una sonrisa que esconde a una maliciosa.

¡Perfecto! ¡ Muajajaja!.

—Retírate, ¿O quieres que te retire?.

—Señor— lo interrumpo.

—Iván, el jefe solo está de mal humor, mejor haz lo que te diga— le dedico un guiño, y él asiente.

—Está bien, adiós, Lea— me da un beso en la mejilla. —Me retiro, señor— empieza a caminar hacia la puerta para salir de la oficina, y Santiago lo persigue con una mirada fría.

Una vez esa puerta se cierra y el rubio de ojos verdes se macha, trato de actuar como si no pasó nada, pero siento los pasos de Santiago detrás de mí, y sé que estoy jodida.

—Lea— murmura.

Volteo lentamente, con una sonrisa nerviosa. —¿Si, señor?— Oh, si que estoy jodida.

—¿Me vas a explicar por qué demonios hiciste eso?— su cara esta enrojecida, sus ojos destellan furia, sí que está enojado.

—Yo... yo... quería darle a entender a Ivan que nosotros no somos nada.

—¿Ah si?— pregunta sorprendido, y enojado. —Te voy a decir dos cosas, Lea— acerca su rostro al mío, y me mira a los ojos. —Iván es tu ex novio, así que no te tiene que importar si cree o no que somos novios— me agarra la cintura. —No me niegues, me molesta que me niegues; porque yo existo, y entérate, soy tu novio, así que no digas lo contrario— sonrío con sastifacción.

—Le recuerdo que no somos nada, además, era usted al que le preocupaba que las personas pensaran que somos novios o amantes— me suelto de su agarre, y camino hacia el gran ventanal de la oficina. —¿En serio te molesta que diga que no somos nada?— exclamo con un tono de voz sarcástico e irónico.

—Lea— me voltea. —¿Por qué demonios no me puedes entender? ¿Por qué?— me pregunta enojado, mientras se hala su cabellera en señal de frustración.

—¿Entender qué? ¿Entender que niegues que teníamos algo? ¿O entender que te besaste con esa mujer delante de mí? Dime Santiago, ¿Qué tengo que entender?.

Golpea el ventanal. —Solo es... ella es la hija del socio mayoritario de Exme.

—¿Y eso qué? ¿Tengo que soportar esas humillaciones, solo porque es la hija del socio mayoritario de Exme ?.

—Lea— lo interrumpo.

—Aunque no lo creas, te entiendo, Santiago, ella es millonaria, y yo.. solo soy una pobretona.

—No, Lea, yo...— me mira enojado. —Me juzgas, pero tú haces lo mismo que yo; porque dime, Lea, ¿Cómo se llama lo que acabas de hacer?.

—Se llama venganza, Santiago— empiezo a caminar hacia la puerta para irme de aquí de una vez por todas.

—Bien, así serán las cosas— ignoro su último comentario, y abro la puerta de la oficina, encontrandome de frente con aquella mujer que Santiago besó en la gala.

—Buenos días, señorita— la saludo, pero esta solo me dedica una mirada de superiodidad, y pasa por mi lado.

—¿Qué hace ella aquí, Santi?— le pregunta a Santiago, el cual se voltea y empieza a caminar hacia ella.

—Estabamos redactando su carta de despido, pero estaremos termiandola mañana, por ahora, se quedará aquí— le besa la mano.

—Pues, pídele que me traiga un café— Santiago se sienta en el sofá, y ella se sienta en su regazo.

¡Ja! Si supiese que Santiago y yo acabamos de tener sexo en ese sofá, es un cínico con todas.

—Lea, por favor, traéle un café a la señorita— lo miro enojado, mientras cruzo mis brazos sobre mis pechos, y arqueo una ceja.

—No lo haré, no soy sirvienta— exclamo de manera firme.

No tiene nada de malo ser sirvienta, pero esto me está empezando a molestar.

—Si lo harás o sino... te ficharé, y no te daré carta de recomendación.

—No me importa—  me volteo para irme.

—¿Segura?, te recuerdo que puedo destruir tu carrera y todo por lo que has luchado.

—Eres—  me interrumpe.

—No me tutees, a mi novia no le gusta, ¿Verdad, bebé?— es un descarado.

—Si, mejor traéme un café bien cargado— dice con un tono presumido.

—¿Y... qué esperas?— me pregunta Santiago, mientras yo le dedico una mirada fría y salgo de la oficina aventando la puerta detrás de mí.

Camino hacia la mini cocina, y empiezo a preparar el café de la señorita.

Ella quiere un café bien cargado, ¡Perfecto!, ni siquiera me preocuparé por la azucar.

Después de unos minutos, toco la puerta de la oficina con una sonrisa maliciosa plasmada en mi cara.

—¡Adelante!— ¿Y ahora qué? ¿Se cree dueña de la oficina o qué?.

Entro a la oficina, y le paso el café con una sonrisa maliciosa, mientras en mi interior, río miacavelicamente.

—¡Iugh! ¡Esto es un asco! ¡Y está hirviendo!—  rió miacavelicamente, pero dejo de reir cuando ella deja caer la taza al suelo. —Límpialo.

—¿Qué? ¡Claro que no!— arrugo mi entrecejo.

—Límpialo, Lea, o ya sabes lo que haré contigo, con tu vida y con tu carrera.

—No lo haré— digo firme.

Santiago sienta a Julieta en otro lado del sofá, se levanta, y hace que me arrodille. —Límpialo con tu ropa— trato de levantarme, pero no me deja. —Házlo o haré que lo limpies con tu lengua.

Y sí, con lágrimas resvalando por mis mejillas, empiezo a limpiar el suelo con mi ropa.

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🍓❝𝐄𝐦𝐛𝐚𝐫𝐚𝐳𝐚𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐦𝐢 𝐉𝐞𝐟𝐞 ❞🍓✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora