🍓❝𝐄𝐦𝐛𝐚𝐫𝐚𝐳𝐚𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐦𝐢 𝐉𝐞𝐟𝐞 ❞🍓✓

55. Déjame amarte

Capítulo dedicado a EmirethRangel contrerasmariacam lizeth1124 IselaBanegas marinelitacg y a annnnnngMD muchas gracias por haber leído, votado, comentado y apoyado el capítulo anterior, mil gracias, mis amores💖😍💫
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55. La cena

Capítulo cincuenta y cinco

Lea Díaz

Miro todo a mi alrededor, mientras me pregunto cómo diablos terminé accediendo a esto.

—Bueno, ya ordenamos solo falta esperar— dice Samantha con una sonrisa plasmada en su rostro.

—Este es el mejor restaurante italiano— exclama Julio.

—Lo sé, por eso los traje aquí— dice Santiago, mientras no aparta su mirada de mí.

—Yo como cualquier cosa— dice Joshua y se encoge de hombros.

—Lo sé— una carcajada se escapa de mi boca.

—Lea— murmura. —Se te olvida todo lo que he hecho por ti, hasta se te olvidó que te salvé la vida en una ovación— río.

—Si, claro— por lo menos la cena no va tan mal, ¿O si?.

—¿Se te olvida cómo nos conocimos?— pregunta indignado y tocándose el pecho dramáticamente.

—No, no se me olvida— río, y mi hijo me imita.

—No parece, tendré que recordártelo— se aclara la garganta. —Lea y Casandra estaban en un callejón sin salida y unos ladrones planeaban robarle todas sus cosas, y sabrá Dios si tan bien querían aprovecharse de ellas, pero llegué yo, y las salvé— todos en la mesa estallamos en carcajadas.

—O mejor dicho, intentaste salvarnos, pero no te duró mucho tu papel de súper héroe, y los ladrones te estaban atacando, hasta que por suerte— me interrumpe.

—Yo logré derribarlos con... con... con mis super puños, y mi super fuerza— río.

—Claro que no— Pongo los ojos en blanco. —Casandra y yo vimos unas botellas en un lado del callejón, y la rompimos en dos tomando cada una un pedazo, los asaltantes se asustaron, y logramos salvarte.

—Como sea, yo fui el héroe— dice con egocentrismo.

—Si, si lo fuiste.

—Joshua es así, debí apuntarlo en una academia de teatro, así fuésemos aún más millonarios con ese talento que tiene de exagerar todo— dice Samantha con un tono juguetón.

—Cuando éramos niños— suspira. —Con tan solo mirar a Juliano, siento como si me estuviese viendo en el espejo, solo que más pequeño— exclama Santiago, mientras escanea todas las facciones faciales de mi hijo.

Mi sonrisa se desvanece de mi rostro. —Dudo mucho que mi hijo se parezca a ti cuando eras pequeño.

—Si supieses que no, Lea, es tan pero tan parecido a mí, que hasta parece mi gemelo o mejor dicho, mi hijo porque es muchísimo más pequeño que yo— le dedico una mirada fría.

—Yo... ya no tengo apetito— digo levantándome de la mesa.

—¿Pero qué pasa? ¿Por qué te vas? No he dicho nada malo ¿O si?— pregunta con descaro.