El Pecado del Alquimista 7 [+18] (Genshin Impact)

Capítulo 67

Ei

11 de Septiembre – 23:08 PM

Inazuma – Plano de la eutimia

Las imágenes de nuestra batalla no me permitían ya meditar. Una batalla única en sí misma. Su desmesurado poder, sus expresiones mientras me esquivaba, su rostro y cada uno de sus movimientos... gozaron de una perfección absoluta. Incluso se atrevió a amenazar a un Arconte... ¿Qué clase de ser era aquel dragón?

La curiosidad me carcomía, así que, desde la eutimia, creé una pequeña obertura hacia la realidad. Un ojo que me permitía observarlo con detalle.

No esperaba encontrar una relación tan extraña y "perturbadora":

-Xiao: ¿te sorprende que me haya corrido tan rápido? –podía escuchar en aquella imagen que se proyectaba en el aire-. Mira tu estúpida cara... -reía.

Él tragó lo que había explotado en su boca y se apartó del pene de aquel evidente adeptus. "¿Ese no es el famoso Cazador de Demonios?", Morax me había hablado de él en su día.

-Nathaniel: una cara en la que te apasiona correrte –devolvió aquel hiriente ataque.

Se me hacía surrealista que un dragón, aunque mantuviera su lengua afilada, se estuviera dejando someter. Aunque era evidente que lo hacía por placer, no porque estuviera siendo realmente sometido.

-Xiao:... -lo miró con profundo odio.

Entonces, aquel salvaje peliverde lo estampó contra la hierba y empezó a desabrocharle el cinturón.

-Nathaniel: ¿estás seguro? –preguntó de pronto, dejando atrás el sarcasmo.

Pero su "compañero" estaba demasiado ensimismado en aquel acto. Ni siquiera lo escuchó.

Lo desvistió lo justo y necesario como para poder ensartarlo ahí mismo.

-Nathaniel: aah... -gimió, y él, tras aquel excitante sonido, lo penetró con mayor profundidad-. ¡AH! –gritó, entre la sorpresa y el placer-. Más... Más despacio.

El adeptus sonrió de forma maliciosa, evidentemente complacido con tener la escena bajo control.

-Xiao: ¿cómo? –inició las embestidas a rápida velocidad-. ¿Así? –se burló.

-Nathaniel: ¡AH! ¡AH! ¡AH! –gemía con cada embestida.

Se besaron, sin detener ni un poco la intensidad de aquel ejercicio.

"Yo estaré encerrada aquí, pero tú lo estás en un amor imposible", no me fue difícil percibir.