El Pecado del Alquimista 7 [+18] (Genshin Impact)

Capítulo 98

Kairi

17 de Septiembre – 16:47 PM

Inazuma – Ciudad de Inazuma – Zona Hanami

Lo abracé y lloré de alegría sobre su torso. Aquél era el mayor alivio que me podía dar: que nada ahora lo dañaría.

Quizá, efectivamente, la Arconte no era tan mala. Si había vuelto intocable a mi hermano frente a los Fatui, yo se lo agradecería de por vida.

-Kairi: tuve tanto miedo a que te apresaran o trataran de matarte –musité, desahogando quizá toda la impotencia que sentí entonces.

-Nathaniel: la próxima vez que suceda algo así, quiero que acudas a mí antes. Preferiría luchar contra todo Teyvat antes de que te pasara algo –me sermoneó, severo-. No puedes, simplemente, dejarte chantajear y permitir que un cualquiera te lleve lejos de nosotros –apretó sus puños-. Él... Él... ¿Llegó a hacerte algo, Kairi?

Ahora que había conseguido la paz, no era el momento de crear la guerra. Yo sería quien tomase venganza, nadie debía hacerlo en mi lugar.

-Kairi: sólo me hizo torturar a gente –mentí. Por fortuna, él ahora no podía ver mi rostro, pues estaba oculto en su cuerpo-. Así que lo superaré, créeme.

-Nathaniel: espero que estés siendo...

Lo interrumpí, para hacerlo cambiar de tema. Si indagaba demasiado, mi hermano era capaz de sacarme la verdad.

-Kairi: ¿sabes qué me dijo una vez para tratar de enloquecerme? –reí-. ¡Me dijo que mi padre y tú estabais juntos! ¡Jajajajaja! –aquella broma era una buena forma de cambiar de tema-. ¿No es una verdadera estupidez?

Esperé que se riera junto conmigo, pero quedó en completo silencio.

***

Nathaniel

17 de Septiembre – 23:51 PM

Inazuma – Ciudad de Inazuma – Tenshukaku

En cuanto supe que se había dormido, esta vez salí de la habitación, pero no fue para ir a la terraza. Fui al baño más lejano que encontré y allí, tras haber contenido aquel agudo dolor todo aquel día, estallé en lloros y gritos agónicos.

Ni siquiera encendí la luz, sólo cerré la puerta y, rápidamente, dejé que mi cuerpo se derrumbara sobre el azulejo.

"Xiao... Xiao... Xiao...", su nombre y recuerdo golpeaban mi corazón.

A veces sentía que aquel dolor llegaría a asfixiarme, que no podría soportarlo más, pero siempre era capaz de fingir una sonrisa más hasta que llegara aquel momento de desahogo nocturno.

Sólo que hoy iba a ser distinto: mis cuernos salieron por sí mismos sin que yo los invocara.