El Pecado del Alquimista 7 [+18] (Genshin Impact)

Capítulo 2

Nathaniel

26 de Agosto – 2:41 AM

Liyue - Montaña Hulao - Cueva-refugio de Xiao

Ante mi directa petición, de alguna forma logré hipnotizarlo y recibir así un apasionado beso suyo. Me revolvió mágicamente y yo me dejé llevar por sus diestros labios. "Me vas a volver loco", pensaba, mientras contenía mis ansias de estamparlo ahí mismo contra la dura pared.

-Nathaniel: d-deberíamos ir... -era imposible ocultar mi rubor y mis nervios. Cuando me besaba él, me derretía- a por Kairi y ver que...

En el acto, apartó la mano que había usado para sostener mi nuca.

-Xiao: claro –rugió, y, también un poco nervioso por mi tonta expresión, tomó distancia y marchó primero.

Lo vi dirigirse hacia la salida de la cueva, mientras yo me daba unos segundos para recuperarme del estupor.

"¿Para qué pido algo que no puedo procesar?", me preguntaba, sintiéndome como un idiota y me apresuré a seguirlo. Temía que Kazuha siguiera con Kairi y se volviera a crear un caos.

***

Nathaniel

26 de Agosto – 3:16 AM

Liyue - Pantano Dihua

No encontramos ni a Kairi ni a Kazuha por ninguna parte, lo cual se nos hizo extraño. Por muy enamorada que estuviera, mi hermana era una apegada a su padre y hubiera querido continuar con su "familiar" patrulla.

No obstante, el adeptus frunció el ceño en el lugar del que, en un principio, nos fuimos. Atisbó pisadas de muchos, signos que antes no había y lo preocupó sobremanera.

-Xiao: tengo un mal presentimiento –susurró, inquieto.

Yo actué de inmediato:

-Nathaniel: iré a la casa de mi madre para ver si ha regresado, tú ve a la Posada –comencé a organizar el plan de búsqueda dadas las extrañas circunstancias.

-Xiao: aquí ha estado un grupo bastante numeroso, Nathaniel –siguió comentando con temor.

Pude ver cómo apretaba uno de sus puños. Yo lo envolví entre mis manos, para transmitirle algo de calma. Para mi sorpresa, algo surtió efecto.

-Nathaniel: Kairi es poderosa, estará bien –aseguré, con la mayor seguridad posible-. Sólo tenemos que encontrarla. Quizá... -busqué una posibilidad en mi mente- algo le haya llamado la atención y... ¡ya sabes cómo es! –reí.

Suspiró.

-Xiao: iré a la Posada Wangshu –se determinó al fin.