Capítulo 7

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Nathaniel

29 de Agosto – 22:49 PM

Océano – Barco La Ladera – Camarote de Xiao y Nathaniel

Intenté llevarlo hasta su cama para tumbarlo y así poder ejecutar algún método para relajarlo, pero fue una tarea más difícil de lo que pensaba. Su resistencia fue implacable y, sin activar mis poderes como dragón, sencillamente acabamos forcejeando en el colchón como dos niños.

-Nathaniel: ¿pero qué problema tienes? –intentaba convencerlo también mediante la palabra, aunque sabía que aquello tuviera menor eficacia-. ¡Si no duermes, no podrás estar ágil!

Él agarraba mis muñecas con sus fuertes brazos, mientras contenía mis intenciones de tumbarlo bajo mi cuerpo. Al final, estábamos en una postura intermedia: ambos, de perfil, mirándonos de forma desafiante.

-Xiao: ¡¿ágil?! ¡¿Que no podré estar ágil?! –recibió mi preocupación como una grave ofensa-. ¡Por supuesto que podré estarlo sin necesidad de dormir! ¡¿Quién te has creído que soy?!

Seguí intentando hacer tambalear aquella infranqueable guardia con todas mis fuerzas. Pero mis brazos no avanzaban un ápice bajo su poder.

-Nathaniel: Xiao... -musité, debido al esfuerzo físico que estaba realizando-. Tienes... -empujé de nuevo hacia él- ¡Tienes que dormir!

Él no estaba gastando muchas energías para pararme.

-Xiao: ¡no soy un niño... -realizó una sonrisa maliciosa- como tú!

Entonces, el adeptus consiguió "picarme".

Sonreí también con la misma malicia y, en aquella ocasión, empujé mi cabeza hacia la suya.

Sin esperar aquel giro de los acontecimientos, pude alcanzar sus labios y removerlos al mismo tiempo que contemplaba sus ojos dorados (ahora estupefactos).

Su fuerza vaciló por un instante. Unos segundos que fueron suficientes para liberarme de sus ataduras y tomar sus mejillas.

-Xiao: ¿qué estás haciendo? –se apartó, ligeramente, de mi boca.

-Nathaniel: si no me vas a dejar relajarte con un masaje, tendré que ser más creativo para parar tus pensamientos –respondí, con una sonrisa un tanto seria. Debía dejarle claro que no iba a rendirme tan fácilmente-. Al fin y al cabo, hasta que no lleguemos a Inazuma, no vas a poder hacer nada, así que...

-Xiao: ¿así que lo mejor es mezclarme contigo? –rió, con un cruel sarcasmo que no me afectó. Ya estaba acostumbrado a los ataques de su "barrera".

"Ya estás más que mezclado conmigo, Xiao", pensé, pero, por supuesto, no debía pronunciar.

-Nathaniel: ¿tienes algo mejor que hacer? –inquirí, con cierta ironía también-. A estas horas ni siquiera tenemos permitido estar fuera del camarote.

Era cierto. No querían que los pasajeros vagaran por el barco en la nocturnidad por seguridad.

-Xiao: cualquier cosa sería mejor que besart...

Callé sus tonterías con un nuevo beso y puede que subiera un poco el nivel. Entrometí mi lengua en su interior y jugueteé con la suya, la cual me recibió con un gozo que nada tenía que ver con sus mordaces palabras.

Lo complací con todas mis energías y destreza y, poco a poco, noté cómo sus brazos fueron perdiendo rigidez.

No obstante, nuestras miradas no dejaron de desafiarse, pese a lo que estuviéramos haciendo unos centímetros más abajo.

Y, para su "desgracia", continué subiendo el nivel. Aumenté el ritmo del beso, lo removí aún más hondamente y él quedó impresionado. Pero no tardó en corresponderme, aunque no solamente por deseo, sino por orgullo. Tenía que dejar claro que yo no besaba mejor que él.

Se me escapó un gemido ahogado, que hizo eco en la estancia y que detuvo el beso en el acto.

En un ahora tenso ambiente, su mirada era la de un depredador.

-Nathaniel: lo... lo siento –pronuncié de pronto debido a los nervios.

El Pecado del Alquimista 7 [+18] (Genshin Impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora