Capítulo 81

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Mishigami

13 de Septiembre – 9:22 AM

Inazuma - Montaña Yougoi – Templo desconocido

Ella no era la marioneta. Ella era la Arconte Electro de verdad, acontecimiento que me hizo quedar boquiabierta. Había pasado mucho tiempo desde la última vez que la había visto, así que realicé mi más digna reverencia cuando la vi entrar a mi humilde templo.

-Arconte Electro: así que era cierto –expresó, cuando clavó sus ojos morados en el dragón.

La divinidad fue directa a por él y lo contempló desde arriba, un tanto impresionada.

-Yae: por supuesto que era cierto –removió su mano, sobre sus brazos cruzados, mientras sonreía victoriosa.

-Arconte Electro: así que... cuando despierte y me vea... -bajó la mirada, y ocultó su rostro con una de sus manos. ¡¿La divinidad se había ruborizado?!

Si antes tenía miedo de que el ritual no funcionara, ahora estaba en pánico. ¡Sería al instante desintegrada por la diosa por mi ineptitud!

-Yae: sí –asintió con la cabeza, removiendo su largo cabello rosa-, estará completamente enamorado de ti.

-Arconte Electro: oh... -su timidez aumentó, dejándome anonadada.

A sus espaldas, la Suma Sacerdotisa me envió un guiño cómplice.

Yo fingí la mejor de las sonrisas.

-Miko 1: deberíais quedaros a su lado para que sea lo primero que vea al despertar –aconsejó, mientras recogía los distintos enseres que habían usado para atenderlo en las horas más críticas.

Ella no lo dudó. Automáticamente, se sentó junto al futón y cruzó sus brazos. Aunque no quisiera expresarlo en palabras, era evidente que le emocionaba el asunto por sus gestos.

"Voy a morir", no podía apartarme aquel pensamiento de la cabeza. Si despertaba y no había funcionado el ritual, probablemente el dragón mostraría una actitud hostil que incomodaría a la diosa.

Y era lo que el temor me decía que iba a pasar.

-Nathaniel: mmm... -empezó a desadormecerse, y todos en aquella sala aguantamos la respiración.

"Aquí viene...", se me heló la sangre.

-Yae: vaya, vaya –no paraba de sonreír. Se la veía feliz en compañía de su antigua amiga-. Te has despertado en el momento adecuado –aseguró.

El dragón, aunque un poco mareado, logró incorporarse con la ayuda de la Arconte. Abría y cerraba los ojos, quizá recuperando la visión poco a poco.

Entonces, cuando identificó a aquella mujer de larga trenza, llegó el momento de la verdad y... ¡Sonrió! Sonrió con una dulzura que nos enterneció a todas las presentes.

-Nathaniel: ... hola –sus ojos verdes, sin duda alguna, fueron del gusto de la Arconte. Lo mantuvo agarrado por los hombros, para que su desorientación no lo tumbara de nuevo, y ella quedó fascinada.

"¡¿Acaso había funcionado el ritual?!", agradecí mi suerte a los cielos.

El Pecado del Alquimista 7 [+18] (Genshin Impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora