Capítulo 93

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Kairi

16 de Septiembre – 18:11 PM

Inazuma – Ciudad de Inazuma –Ryokan Kowasu

Mi padre seguía sin recuperar un mínimo de humor y Nathaniel seguía sin regresar del Sanatorio. ¡Seguro que ni estaba durmiendo, como de costumbre!

"Papá...", pensaba, mientras lo veía sentado en el jardín, con aires de no querer compañía alguna, ni siquiera la mía. Allí pasaba horas, mirando el horizonte, como si... estuviera esperando algo.

-Kazuha: ¿echas de menos a los peludos? –preguntó, y yo aparté la vista de la ventana de una vez.

-Kairi: ¡muchísimo! –manifesté, extendiendo lo máximo posible mis brazos para expresar lo tanto que los extrañaba.

-Kazuha: en cuanto levanten la frontera, me aseguraré de que regresemos –ofreció. Se le veía ansioso de ser de utilidad.

Me dejé caer sobre la tabla del kotatsu, y lo miré con una sonrisa.

-Kairi: sé que los estarán cuidando bien, así que no tengas prisa –comenté, para que pudiera tranquilizarse.

Entonces, escuchamos unos pasos acercarse al comedor en el solíamos pasar el rato. Aparte de nosotros, no había más personas hospedadas en aquel piso, por lo que pensé que sería al fin Nath.

Y, en un vistazo rápido al umbral, creí realmente que era él. No obstante... ¡Era el tío Al!

-Kairi: ¡TÍO AL! –grité, emocionada.

Me levanté y corrí a abrazarlo.

-Albedo: ¡oh, Kairi! –me envolvió sin dudarlo entre sus brazos-. Me alegra que te hayamos encontrado.

Aunque aquella sorpresa no iba a ser nada comparada con la que venía detrás.

-Aria: ¡Kairiiiiiiii! –contemplé la sonrisa enérgica de mi madre por primera vez después de años.

***

Kazuha

16 de Septiembre – 18:17 PM

Inazuma – Ciudad de Inazuma –Ryokan Kowasu

Tenía cierta idea de cuál era el estado de la madre de Kairi. Según me había contado, cayó en una depresión que la tornó fría y, prácticamente, nada afectiva. No obstante, la mujer que se presentó aquel día era todo lo contrario a aquella descripción. Su actitud no era muy distinta a la de Kairi: una bomba de intensidad emocional.

De hecho, se abalanzó sobre su hija, quien, al recibir aquella calidez de su madre, comenzó a llorar. Yo me preocupé al comienzo... hasta que me percaté que aquellas lágrimas eran de alegría.

¿Se había recuperado? Tal y como se veía la peliverde (ahora totalmente conmocionada), era lo que imaginaba. Su tío miraba a ambas con satisfacción y alegría. No obstante, prefirió darles aquel momento madre e hija que tanto necesitaban, y se aproximó al kotatsu.

¡Era la viva imagen de Nathaniel!

-Albedo: Kazuha, ¿verdad? –me ofreció su mano y yo la estreché rápidamente. Quería dar una buena impresión al resto de su familia-. Yo soy Albedo, encantado de conocerte –se presentó con cortesía-. ¿Sabes dónde está Nathaniel?

Yo, obviamente, le otorgué la información que tenía.

-Kazuha: está auxiliando a un Sanatorio.

De pronto, él se puso serio.

-Albedo: antes de venir aquí... consideré que mi hijo pudiera estar ayudando en algún Sanatorio –explicó-, pero no estaba en ninguno.

Se dio una tensa atmósfera.

***

Albedo

16 de Septiembre – 18:23 PM

Inazuma – Ciudad de Inazuma –Ryokan Kowasu

Automáticamente, me levanté y fui a por el adeptus, al cual había visto ya por la ventana. No quería gritar su maldito nombre ni marcar su posición delante de Aria, pero perdí los nervios. Si él había mentido acerca de Nathaniel, es que algo había pasado y del imbécil me esperaba cualquier cosa.

-Albedo: ¡¿dónde está mi hijo, Xiao?! –inquirí, amenazante.

Tuvo evidentes dificultades para responderme, lo que aumentó mis sospechas.

-Albedo: ¡¿Xiao?! –insistí.

No me iba a mover de ahí hasta que supiera qué ha pasado.

-Xiao: no creo que él quiera regresar a Liyue –no sabía cómo interpretar aquello. 

El Pecado del Alquimista 7 [+18] (Genshin Impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora