Capítulo 33

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Aria

3 de Septiembre – 18:25 PM

Liyue – Pantano Dihua – Refugio de Kairi

No era la primera vez que Al comenzaba los trámites para poder ir a Inazuma usando su renombre. Sin embargo, tras algunos años, parecía que ahora era más largo el proceso de conseguir tal permiso, hecho que nos decepcionó a ambos. Esperando recibir el "visto bueno" para navegar hacia aquel destino y poder auxiliar a nuestros hijos en lo que sea que estuviesen haciendo, sólo recibimos del mensajero una mera notificación de aceptación a trámite, pero no aún su resolución positiva.

-Aria: tendremos que buscar otra forma más rápida de llegar –comenté, mientras jugaba con uno de los tantos gatos de Kairi. Un mero palito era suficiente para crearles una poderosa distracción.

Tanto Al como yo nos estábamos ocupando de su refugio en su ausencia. Cuando nos fuéramos, íbamos a pasarle el testigo a Venti.

-Albedo: me encargaré de ello –se ofreció, como de costumbre.

Yo negué con la cabeza.

-Aria: nos encargaremos de ello –corregí, rauda, moviendo a un lado aquel palito.

En segundos, ya tenía varios peludos totalmente atentos a aquel juego.

El pelirrubio, sentado junto a mí tras haber repartido el pienso por los distintos comederos, apoyó su cabeza sobre mi hombro.

-Albedo: oh... ¿lo haremos juntos? –preguntó, sus ojos azules brillaban en la nocturnidad.

Acaricié su voluminoso cabello y él cerró los ojos, dándose un momento de suma tranquilidad.

-Aria: siempre –le provoqué una hermosa sonrisa-, salvo que sea peligroso para ti –se le borró al instante nada más pronunciar aquel matiz y abrió, de nuevo, los ojos para mirarme con cierto recelo-. ¡Oh, venga ya, tengo orbes multielementales a mi disposición! –defendí mi postura.

-Albedo: soy un dragón, Aria –continuó mirándome de mala gana.

Solté una carcajada irónica, y paré de jugar con aquellas hermosuras por un momento.

-Aria: no me importa lo que seas –aseguré, firme, y tomé una de sus manos enguantadas-. Esta extraterrestre de sangre salvaje te protegerá siempre –me salió del corazón.

Estaban siendo días maravillosos a su lado, y yo tenía la emocionalidad a flor de piel.

-Albedo: ¿aunque quisiera conquistar todo Teyvat junto a Nathaniel? –preguntó de pronto, de una forma extraña.

Por los nervios que me provocó (era una idea que me era surrealista), me lo tomé un poco a broma. No obstante, había algo que tenía claro:

-Aria: te detendría o te protegería, dependiendo de la situación –respondí, sin mucho esfuerzo-. Pero, incluso aunque te convirtieras en un demonio, jamás sería capaz de hacerte ningún daño –era la realidad.

Él entrelazó sus dedos entre los míos.

-Albedo: lucharé para que no llegue nunca ese día, Aria –hubo misticismo en su voz-. Lucharé... con todas mis fuerzas –volvió a cerrar los ojos sobre mi hombro.

Y fui incapaz de continuar la charla, quedándome pensativa.

El Pecado del Alquimista 7 [+18] (Genshin Impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora