Capítulo 76

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Xiao

12 de Septiembre – 11:56 AM

Inazuma - Isla Amakane

Al sacar otro palo de la fortuna, Nathaniel volvió a sacar el peor posible.

-Dependiente: su mala suerte debería ser tratada por un exorcista –bromeó.

Ambos rieron, sin darle mucha importancia. Yo, en cambio, me guardé mis oscuros pensamientos.

No obstante, él siempre estaba atento a mí, incluso cuando no me estaba mirando.

-Nathaniel: ¿pasa algo, Xiao? –preguntó, al percibirme un tanto inquieto. ¡Maldita sea!

-Xiao: no –mentí al instante.

Sonrió con malicia y me observó detenidamente.

-Nathaniel: mmm... -me analizó por un rato, manteniendo clavados aquellos ojos verdes sobre mí.

Y el pelirrubio, en pleno estado de alegría, simplemente se dejó llevar por el momento. Me tomó de la cintura y acercó nuestros rostros sin pensarlo dos veces.

-Nathaniel: ¿quizá debería subirte el ánimo? –preguntó con un notable tono pícaro.

Sus labios comenzaron a acecharme, mientras el tendero nos miraba ruborizado.

-Xiao: ¡¿qué estás diciendo?! –repliqué, nervioso y avergonzado a partes iguales, revolviéndome en sus brazos para poder liberarme.

No lo dudó más: me besó en un impulso.

-Nathaniel: es tu culpa... -susurró, en un intenso estado alterado de consciencia. Solía verse así de estúpido cuando me miraba-. ¿Por qué hoy te ves tan irresistible?

Lo aparté de un empujón. Su voz había hecho tambalear todo mi ser y mi orgullo necesitaba procesarlo.

***

"Dibujad vuestro deseo en esta pequeña placa de madera y colgarlo ahí", la anciana señaló un poste en el que se colgaban varios de aquellos artículos estúpidos. Sin embargo, cuando Nathaniel comprendió lo que había que hacer, comenzó, raudo, a dibujar. Lo tenía claro.

En cambio, yo... Cuando pensé en "mi deseo", me quedé en blanco ante una tempestad emocional.

-Nathaniel: ¡listo! –expresó, emocionado, y se acercó a una de las cuerdas para colgarlo.

Había cuatro individuos en su placa: dos hombres y dos mujeres sonriendo. ¿Qué se suponía de debía significar eso como deseo?

-Xiao: ¿qué demonios has dibujado? –pregunté, con una curiosidad que me sorprendió a mí mismo.

-Nathaniel: son mis padres, Kairi y tú siendo felices –contestó sin dificultad, mientras se peleaba con la cuerda.

Y me fue inevitable contener aquella pregunta:

-Xiao: ¿por qué no te dibujaste a ti también?

Abrió los ojos como platos.

-Nathaniel: se me olvidó –respondió y, después, rió de nuevo. Hoy lo había hecho innumerables veces-. ¿Tú no has dibujado aún nada? –se animó también a preguntar-. ¿Acaso no hay nada que desees? ¡Imposible!

Más bien, tenía un dilema entre poderosos deseos, así que quedé en silencio.

-Nathaniel: quizás que mire lo que estás dibujando te lo impida, así que... iré a ver ese puesto de dangos para darte tu espacio y que puedas desear lo que quieras –sonrió, y se marchó a unos metros.

Entonces, a solas, con su imagen en cierta lejanía que seguí con la mirada, mis dedos se movieron solos.

Lo dibujé a él sonriendo.

Lo colgué, y me fui lo antes posible, como si no hubiera hecho aquella "sandez".

El Pecado del Alquimista 7 [+18] (Genshin Impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora