Capítulo 6

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Nathaniel

29 de Agosto – 11:50 AM

Océano – Barco La Ladera

Había estado en el barco de Tartaglia, ¡pero aquello era otro nivel! ¡Era una embarcación digna de historia épica! Si mi aventurera hermana estuviese también en aquel lugar, moriría de felicidad.

"Aunque quizá haya usado para llegar a Inazuma un transporte similar... Pero a saber en qué condiciones", suspiré, preocupado, mientras posaba mis manos sobre la valla de madera.

De pie, contemplaba los mares. Liyue era ya casi imperceptible en el horizonte. Pequeñas gotas del océano caían encima de mí debido a la cercanía con el agua.

-Xiao: ... -no había pronunciado palabra en todo el día. Su preocupación era máxima.

Yo había sido escueto en detalles (omití la parte en la que había sido secuestrada por un Fatui), pues temía que una emoción incontrolable le hiciera sucumbir de nuevo en aquella agónica dolencia de ánima.

El adeptus sólo sabía acerca de la carta que había dejado Kairi en su habitación (la cual se había guardado en el bolsillo y ahora llevaba a todas partes) y que estaba en Inazuma. Nada más.

-Nathaniel: ¿Cómo estás? -pregunté. Yo estaba preocupado por la hija y por el padre.

-Xiao: ...

A aquel guerrero le era difícil quedarse quieto cuando se daba un suceso como aquél. Pero ahora no le quedaba otra opción que esperar a que el barco llegara a su destino.

***

Nathaniel

29 de Agosto – 22:45 PM

Océano – Barco La Ladera – Camarote de Xiao y Nathaniel

Tartaglia se había encargado de todos los preparativos e incluso nos había preparado una buena coartada para poder acceder y quedarnos un tiempo en Inazuma. Una coartada de la que Xiao tampoco era aún consciente, pero... lo mejor era que fuese procesando la información con tiempo.

Yo me encargaría de todo lo demás.

-Nathaniel: ¿de verdad que estarás bien yendo a Inazuma? -pregunté, aún inquieto por su mutismo-. Yo podría...

-Xiao: es mi hija -dictaminó una vez más-. Iré donde sea necesario. Y por supuesto, no dejaré su seguridad en las manos de nadie más, ni siquiera en las tuyas.

"Lo sé", pensé, sin sentir sorpresa alguna. Sabía bien que dejar al adeptus en Liyue e irme yo solo a por mi hermana, hubiera sido peor para su ánimo. Pero temía que... No hubiera sido una buena decisión. (Tal vez no había, de hecho, una buena decisión de por sí).

Ahora sólo me quedaba saber si aceptaría la coartada que habían organizado para pasar desapercibidos ambos en Inazuma. Al fin y al cabo, yo era un "mero sanador" en apariencia, pero Xiao era un yaksha poderoso que no permitirían pasar la frontera tan fácilmente. Inazuma, un país ahora hiper controlado, lo creería una especie de invasor si se presentaba sin más en sus tierras.

Así que... Tartaglia había tenido que ser "creativo".

-Nathaniel: no has querido cenar nada -crucé mis brazos, un tanto enfadado por el hecho de que estuviese jugando con su alimentación y, por ende, su salud. Era firme con aquellos asuntos, quizá por mi profesión... y porque lo amaba-. Al menos dime que intentarás dormir.

Nuestro camarote era lujoso y cómodo. Sin embargo, mientras yo estaba sentado ya al borde de una de las dos camas individuales (Tartaglia desconocía que dormíamos juntos, naturalmente), el adeptus seguía de pie: sin poder parar de pensar en Kairi.

-Xiao: no -fue contundente.

"Si no descansas, no podrás buscarla", era una realidad.

Me levanté y fui a por él. Cuando posé mis manos sobre sus hombros, noté lo tan rígido que estaba.

-Nathaniel: te daré un masaje -me determiné, serio.

-Xiao: ¿Eh? -expresó, impactado-. ¡No!

Enfadado aún porque no hubiese cenado, la rotundidad salió de forma natural:

-Nathaniel: no estaba pidiendo tu permiso –se me escapó una sonrisa.

El Pecado del Alquimista 7 [+18] (Genshin Impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora