Capítulo 39

411 58 99
                                    

Scaramouche

4 de Septiembre – 21:41 PM

Inazuma- Tatarasuna – Base secreta Fatui - Calabozo

La guerra psicológica era más efectiva que la física. Teniendo de aliado un poco de tiempo, de constancia y sabiendo tocar las "teclas" correctas, la mente se podía reprogramar. Y así es como conseguí pulir aquel diamante en bruto.

Ahora sólo quedaba exhibirlo a la persona adecuada.

"¿Sigue en la misma postura en que lo dejé?", me pregunté, cuando hallé al samurái errante sentado de rodillas de nuevo. Parecía estar veinticuatro horas meditando, sin apenas tocar la comida que le ofrecíamos para que se mantuviera con vida.

-Scaramouche: hoy saldrás de tu celda –anuncié con tono irónico-. ¿No es genial?

Abrió, lentamente, sus ojos carmesí.

-Kazuha: ¿cómo está Kairi? –eran las únicas palabras que siempre pronunciaba. No le interesaba nada más.

Sonreí con malicia.

-Scaramouche: pensaba llevarte ahora con ella –le respondí, provocando al fin una reacción en su impávido rostro.

Se levantó, con cierta impaciencia. Sin embargo, antes de liberarlo, yo llamé a varios de mis hombres para que lo esposaran tras la espalda y le vendaran los ojos. De aquel modo, estaría más vulnerable y no intentaría ninguna estupidez.

Tras saber que iba a ver a su "amorcito", no opuso resistencia alguna. Quería llegar hasta ella cuanto antes.

Cambiaría de idea.

***

Mientras nos acercábamos al destino, ya se podían escuchar los desgarradores chillidos de aquellos con los que yo iba saciando su ahora desatada oscuridad.

Dados los evidentes sonidos, Kazuha pareció vacilar por un momento, pero no paró de caminar.

Cuando llegamos a la perfecta perspectiva que ansiaba, lo senté en una silla frente al espectáculo y até sus esposas al respaldo.

-Scaramouche: ¿preparado para ver en acción a tu linda novia? –pregunté, con una leve risita.

Él tragó saliva.

"Aunque ahora lo estés intentando imaginar, te será imposible llegar a esta escena, créeme", reía internamente.

Le quité la venda de los ojos, literal y metafóricamente, y le mostré la hermosa naturaleza que tanto me atrajo de aquella mujer.

Aquel demonio estaba arrasando, despiadadamente, a un grupo de fatuis que reuní para que torturara a placer. Ahí estaba ella, bajo mis órdenes, dando rienda suelta a su más sádica creatividad, mientras le pedían una clemencia que no escuchaba.

Se escuchaban huesos romperse, sangre derramarse... Agonía y desesperación ante aquella que apenas estaba comenzando a dar pasos en el perturbador camino que le estaba vislumbrando.

Agaché mi cabeza hacia el oído del ahora petrificado samurái.

-Scaramouche: ¿ves esa expresión en su rostro? –le susurré, provocándole un escalofrío.

Era evidente que ella, en realidad, lo estaba disfrutando. Mis órdenes no eran más que una excusa, una mera justificación, que le estaba permitiendo mostrarse tal cual era en realidad.

-Kazuha: ... Kairi... -su mirada se congeló.

En pleno frenesí de violencia, la peliverde fue incapaz de percatarse siquiera de la presencia de su amado. Estaba demasiado ocupada pisándole la cabeza a un desgraciado que no paraba de llorar y pedir auxilio.

El Pecado del Alquimista 7 [+18] (Genshin Impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora