El Pecado del Alquimista 7 [+18] (Genshin Impact)

Capítulo 94

Nathaniel

16 de Septiembre – 19:51 PM

Inazuma – Ciudad de Inazuma – Tenshukaku

Cuando me preguntó si sabía cocinar y yo le respondí que sí, se le iluminó la cara. "¡¿Sabes hacer dulces?!", insistió, emocionada, así que le hice una demostración en la cocina del palacio. Incluso sacó a todos los cocineros del lugar para que yo tuviera todo a mi disposición.

-Ei: no puede ser.... Su sabor es maravilloso –comentó, tras deleitarse con el primer trozo de un sencillo pastel de chocolate-. ¡¿Hay algo que se te dé mal?!

No pude evitar reírme.

-Nathaniel: muchas cosas –fui sincero.

-Ei: pues aún no he dado con ninguna –me miraba a mí unos segundos y después miraba al postre, así repetidamente-. ¿Es por mi mala suerte o porque mientes?

Pensé acerca de mis debilidades, para levantarle el ánimo.

-Nathaniel: no soy muy hábil con la esgrima, ¡podrías enseñarme! –saqué en valor, siendo consciente de que era una gran guerrera.

-Ei: un dragón no necesita ser hábil con las armas mundanas –suspiró, frustrada-, pero sí... podría enseñarte –sonrió ligeramente ante la idea.

Su humor pareció mejorar, aunque desconocía si se debía al postre que estaba devorando o por el sencillo hecho de haber encontrado un terreno donde ella pudiera instruirme al fin.

-Ei: a cambio, me harás este postre todos los días –cerró el trato.

"Sí, supongo que así serán todos los días ahora", contuve mi tristeza en lo más hondo y me esforcé, una vez más, en sacar la mejor de mis sonrisas.

Mi deber ahora era complacerla y, ya no sólo contenerme, sino, más bien, anularme.

***

Nathaniel

16 de Septiembre – 20:58 PM

Inazuma – Ciudad de Inazuma – Tenshukaku – Aposentos de Shogun Raiden

Pensé que era el momento de poder salir de la cama para coger aire en la terraza, costumbre que ya había establecido. No obstante, un intenso griterío lejano la despertó al instante.

Pocos minutos después, un guardia entró en la habitación.

-Guardia: el amante de la Shogun está con ella, ¡así que no es él! –me resultó extraño-. ¡Detenedlo entonces!

-Ei: ¡¿qué es este ultraje?! –no se despertó de buen humor precisamente-. ¡¿Cómo osáis irrumpir en mi habitación de esta forma?!

El soldado de traje azul hizo una exagerada reverencia, parecía que iba a tocar el suelo con la frente.

-Guardia: ¡lo siento, Shogun! –se disculpó, sin poder mirarle a la cara-. Pero hay un raro intruso adentrándose en palacio y debíamos cerciorarnos de que no se trataba de su amante.

-Ei: ¿por qué iba a ser Nathaniel? –inquirió, confusa y enfadada a partes iguales.

Se levantó y sacó su arma, preparada para ir a por la amenaza.

-Guardia: el parecido es... increíble, Shogun.

"¿Parecido increíble?", dio vueltas en mi cabeza.

-Nathaniel: ¡es mi padre! –deduje, rápidamente.