El Pecado del Alquimista 7 [+18] (Genshin Impact)

Capítulo 23

Scaramouche

31 de Agosto - 10:05 AM

Inazuma- Tatarasuna – Base secreta Fatui – Aposentos del Sexto

Debía admitir que, aparte de ser malévola, era una mujer preciosa. En el pasado, ya había fantaseado con su padre, pero ella era una obra maestra. En su imagen, era más importante lo cómodo o lo que representara a su orgullo como adeptus, más que la pura estética. Y, pese a ello, ¿cuán bella se veía ahora?

Además, esa mirada desafiante y hostil... me estaba volviendo loco.

Tras volverla a besar y removerla con mi lengua, no pude aguantar mucho más pese a las ideaciones que había trazado en mi cabeza para ella con anterioridad. Tendría que ser en otra ocasión, porque necesitaba devorarla ya.

-Scaramouche: ese prófugo es tu pareja, ¿verdad? –era un hecho evidente-. Espero que te haya preparado bien, porque pienso romperte.

Quedó ofendida.

-Kairi: yo no necesito que me prepare nadie –replicó, enfadada-. Pero sí, Kazuha es... -contuvo la respuesta. Quizá el sentimentalismo era imposible en aquella situación-. Cómo le pongas la mano encima, conocerás el infierno –amenazó seriamente.

"Te acabo de decir que voy a romperte, ¿y te preocupas por él?", me resultó estúpido.

-Scaramouche: tendrás que tenerme contento entonces... -sonreí, comenzando a bajar mis manos por sus largas piernas.

-Kairi: eres perturbador de satisfacer –dijo como un insulto, pero yo lo recibí como un elogio.

-Scaramouche: alguien tan perturbador como tú, entonces no tendrá problema –esta vez, lo dije como un elogio, y ella lo recibió como un insulto.

Separé sus piernas y me entrometí entre ellas para establecerme. Una vez defendida mi "posición", desvestí lo que quedaba como si estuviera desenvolviendo un caramelo. Tiré lejos aquellos gruesos pantalones y le retiré las bragas.

-Scaramouche: sí... tú también lo estás ansiando, ¿eh? –podía ver lo bien que había hecho su trabajo la sustancia que estábamos respirando, pese a que ella aún pudiera mantener cierta cordura.

Sus fluidos se estaban ya desparramando por su vagina.

-Kairi: pienso imaginar que eres Kazuha en cuanto cruces esa línea –espetó, mordaz-. Eres demasiado... –pareció buscar en su mente algún término adecuado.

-Scaramouche: ¿demasiado? –sonreí, irónico.

Entonces, un torrente de odio salió de boca:

-Kairi: desagradable, demacrado, repelente, desgraciado...

Me dio un breve ataque de risa que finalizó cuando me decidí a bajar la bragueta. Ella, pese a su hostilidad, miró hacia aquella zona de mis pantalones con evidente deseo. Debía estar ya desesperada por mis arremetidas.

-Scaramouche: ¿quizá no debería meterla? –volví a intentar picarla, cuando coloqué mi pene en la entrada de su vagina.

Su odio se acentuó aún más.

-Kairi: ...

"Tienes suerte de que ya no pueda más", pensé y, totalmente excitado, se la clavé en una fuerte embestida.

No pudo ocultarlo: la recibió con hondo gusto.