El Pecado del Alquimista 7 [+18] (Genshin Impact)

Capítulo 22

Kairi

31 de Agosto - 9:43 AM

Inazuma- Tatarasuna – Base secreta Fatui – Aposentos del Sexto

Le mordí el pene en cuanto intentó metérmelo en la boca. Y, pese a que me hubiese preparado para un golpe como respuesta, él sólo rió con mayor satisfacción. Tanto aquel peliazul como yo estábamos ahora necesitados de sexo de una forma ansiosa, pero supongo que mi personalidad era como era.

Acabamos en la cama, una cama grande cuyo colchón se removía fácilmente. El calor era asfixiante y la lujuria se manifestó para desahogarlo mediante el salvaje contacto.

Yo creía saber besar, pero, cuando Scaramouche se apoderó de mi boca, quedé en shock. ¿Se podían hacer esos movimientos con unos labios? Pero mayor intensidad tomó el asunto cuando, literalmente, me ensartó su lengua dentro.

-Kairi: mmm... mmm... -jadeaba, incapaz de apartarlo de mí.

Mi cuerpo se estaba debilitando, mi razón desapareciendo por completo y el horrible placer disparándose.

-Scaramouche: ¿qué te gustó más? –preguntó con un tono soberbio, tras darme un breve respiro-. ¿Torturar a esos gusanos o... este beso?

"Asqueroso mortal...", pensé intensamente con una profunda mirada de odio. Y él la percibió con gusto. De hecho, la degustó.

-Scaramouche: ¿el orgulloso Cazador de Demonios es consciente de la aterradora bestia que tiene por hija? –fue demasiado lejos.

Utilicé mis ahora mermadas fuerzas para darle una bofetada. Le crucé la cara y, de nuevo, ahí estaba su risa impertinente.

-Scaramouche: te castigaré –se determinó, con una expresión realmente psicópata en su aniñado rostro-. ¡Y te va gustar! –rió aún más fuerte.

***

Ató mis muñecas al cabecero y levantó ahora mi camiseta sin dificultad alguna. Jugó con mis pechos y los apretó fuertemente, provocándome un poco de dolor. Después, agachó su cabeza hacia ellos para sacar su larga lengua y saborear los pezones.

Sentía cómo perdía más y más la cabeza ante sus tocamientos, venciéndome ante el placer.

-Scaramouche: el afrodisíaco está haciendo efecto, ¡mira estos pezones! –dio un lametón más, removiéndolo y provocándome una rara descarga eléctrica-. Debes estar ya muy mojada, ¿verdad?

Quise volver a golpearlo. No obstante, entre las esposas y mi estado de lujuria, era una tarea imposible.

Entonces, mordió uno de los pezones y yo le dirigí una patada... que él paró con sencillez.

-Scaramouche: a mí ya no me afectan tanto los efectos del afrodisíaco, pero tú me estás poniendo fatal –de nuevo, la risa escalofriante.

Subió su cabeza más arriba de mi cuerpo y esta vez mordió ferozmente mi cuello. Yo me removí por el dolor, pero él me contuvo debajo de él.

-Kairi: ¡maldito subhumano repugnante! –se me escapó.

Siguió manteniendo sus dientes en mi piel, hasta que, finalmente, se separó para admirar su "trabajo".

-Scaramouche: hermosa marca... -trató de picarme, y lo consiguió.

Me seguí removiendo bajo su poder.