Capítulo 80

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Ei

13 de Septiembre – 5:30 AM

Inazuma – Plano de la eutimia

Cuando volví a usar mi poder para contemplar al dragón, lo Onírico ya no me permitía visualizarlo. Lo último que había escuchado fue una interesante charla entre su hermana y él que me dejó un tanto reflexiva. No sólo era endiabladamente poderoso y gozaba de una atractiva imagen, también era... un joven con una maravillosa profundidad en su ser.

-Arconte Electro: arg... -rugí, incapaz de volver a crear una conexión visible con el exterior.

Tenía una extraña e imperiosa necesidad de contemplarlo de nuevo, y mi poder no estaba funcionando. ¡¿Por qué?!

"Maldita sea", pensaba, frustrada.

Seguía incluso sin poder meditar. Aquel hombre se había llevado toda mi atención, así que... quizá no tenía otra alternativa.

***

Yae Miko

13 de Septiembre – 8:08 AM

Inazuma – Gran Santuario Narukami

Sabía que no tardaría en aparecer, aunque no esperaba que lo hiciera tan pronto. Tal y como el Onírico había vaticinado, la impresión que el dragón había dejado en ella había sido la suficiente como para al menos hacerla salir de su solitario plano por un momento.

Cuando la reconocí en la entrada del templo, tuve que contener mi emoción.

-Ei: hacía tanto tiempo que... -comentó, nada más verme.

Me alegró percibir que mi presencia iluminó su mirada. Debió extrañarme tanto como yo la había extrañado a ella, por mucho que se estuviera conteniendo.

-Yae: una eternidad, ¿verdad? –bromeé, para picarla.

Ella suspiró, yo reí. Aquella era la dinámica que tanto solíamos disfrutar ambas en el pasado, y al fin se daba una vez más. Por ello, pasara lo que pasara, aquel breve encuentro ya había merecido la pena lo realizado.

-Ei: no lo banalices, Yae –me sermoneó-. Es lo que...

La interrumpí cuando supe que iba a exponer aquella tormenta de ideas que la llevó a encerrarse de forma perpetua.

-Yae: ¿por qué estás aquí, Ei? –pregunté, con una sonrisa divertida.

Se puso nerviosa. Era una buena señal.

-Ei: yo... emmm... -miraba a los lados- quería usar uno de los artefactos del templo para hallar una amenaza –dijo de pronto. Su tono era tan dudoso que sonaba a excusa.

Tuve que contener la risa.

-Yae: ¿una amenaza? –indagué, juguetona.

Carraspeó su garganta e intentó ponerse seria.

-Ei: un dragón amenaza la eternidad de Inazuma –explicó, sacando el tema que me interesaba al fin-. Su poder era tal que... me venció, ¡e incluso intentó intimidarme! –aún seguía incapaz de mantenerme la mirada.

Tendría que jugar a su "juego".

-Yae: ¿y si te dijera que podrías someter a ese dragón y tenerlo en tus manos? –pregunté, pícara-. Sería un gran aliado para la eternidad, ¿no crees? –utilicé sus propios "argumentos" a mi favor-. Nadie ni nada se atrevería siquiera a acechar Inazuma con un dragón custodiando estas tierras.

Tuvo que procesar mis palabras por unos segundos. Era evidente que aquella posibilidad le gustó sobremanera, pero le resultaba imposible de lograr.

-Ei: los dragones no son precisamente fáciles de domesticar, amiga mía –ironizó.

Di unos pasos más hacia ella y acerqué mi rostro a su oído.

-Yae: lo tengo preparado para ponerlo a tu disposición, querida –susurré, con una risita.

El Pecado del Alquimista 7 [+18] (Genshin Impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora