El Pecado del Alquimista 7 [+18] (Genshin Impact)

Capítulo 58

Tartaglia

10 de Septiembre – 6:33 AM

Inazuma - Tatarasuna – Base secreta Fatui – Aposentos del Sexto

Tuve que hacer un gran esfuerzo para no intervenir desde el principio y más aún cuando él se atrevió a tocarla, pero cumplí mi promesa de no interrumpirla... hasta que supe que iba a activar aquel gas de su creación.

-Tartaglia: ¡qué charla más interesante! –caminé hacia ellos y, automáticamente, pasé uno de mis brazos por encima de los hombros de la joven.

El enano puso los ojos en blanco.

-Kairi: Tarta... -me miró con un evidente malhumor, por haber irrumpido en el lugar.

Más tarde, tendría que compensárselo con un arsenal de postres.

-Tartaglia: creo que sé a dónde se dirige Kazuha –susurré en su oído.

Su enfado fui sustituido por la ilusión. Me encantaba ver aquella sonrisa suya.

-Kairi: ¡¿dónde?! ¡¿dónde?! –estaba ansiosa.

Si mi información era cierta, quizá debíamos darnos prisa. Era una completa locura, pero yo ya esperaba cualquier cosa.

-Tartaglia: pues... -se me había ocurrido una pequeña y tonta idea. Yo no iba a dejarla sola con el Sexto para ir por él, así que sólo me quedaba jugármela a una carta peliaguda- parece que va directo hacia... -carraspeé la garganta- la Arconte Electro,

Incluso Scaramouche se quedó boquiabierto.

-Kairi: ¡¿qué?! –chilló, horrorizada.

Y mi "carta" salió como esperaba: escapó por sí misma en pleno pánico. Literalmente, desapareció ante los ojos de ambos. Era hija del Cazador de Demonios, al fin y al cabo.

-Tartaglia: ¡oh, vaya, Kairi! –fingí no esperar semejante reacción (más que evidente en ella).

Sin embargo, en aquel momento, el enano dictador hizo algo que no esperaba: ir, sencillamente, tras ella.

-Scaramouche: ¡espera, Kairi! –ordenó, con un tono extraño. ¡¿Estaba preocupado?!

Creí que iba a tener que contenerlo para que no fuera revelar que Nath era un dragón, pero ni lo pensó.

"Oh... así que no te interesaba solamente para matar dragones, ¿eh?", comencé a comprender mientras reía internamente. ¡Cuántas vueltas daba la vida!

Yo no tardé en ponerme también en marcha.