El Pecado del Alquimista 7 [+18] (Genshin Impact)

Capítulo 64

Kazuha

11 de Septiembre – 6:01 AM

Inazuma – Mina Jakotsu

Seguimos buscando por los alrededores algún rastro y, al final, fue Nathaniel quien nos encontró a nosotros. Apareció de la nada, como si hubiera salido de otra dimensión.

-Kairi: ¡NAAAAAAAAATH! –se lanzó a sus brazos, eufórica, y lo apretó con todas sus fuerzas.

-Nathaniel: me alegro de... -le fue imposible terminar la frase, porque se le estaba dificultando la respiración debido al intenso apretón.

Entonces, mi vista se fue hacia el adeptus padre. Su rostro expresó un profundo alivio por unos segundos. Después, se tornó de nuevo malhumorado.

-Xiao: ¡¿dónde demonios te habías metido?! –le sermoneó, como si fuera un niño pequeño.

Quiso responder, pero su hermana no se lo permitía. Y, probablemente, no se lo iba a permitir en un buen rato.

***

Nathaniel

11 de Septiembre – 6:43 AM

Inazuma – Cercanías de la Mina Jakotsu

Cuando nos apartamos a un lugar más privado y le conté al adeptus lo sucedido, él quedó en una especie de estado de shock. Sabía que no mentía, pero, al mismo tiempo, le costaba creerme. O... no quería creerme.

-Xiao: vencer a una Arconte... -no paraba de repetir, estupefacto-. Entonces, esas sacudidas... -pareció darse cuenta de algo.

-Nathaniel: ¿qué sacudidas? –pregunté, confuso.

Me miró con horror.

-Xiao: eran... obra tuya.

¿Acaso aquella batalla sí afectó, de algún modo, a la realidad?

-Nathaniel: Xiao... -su mirada temerosa me puso un poco nervioso. Comenzaba a pensar que me tenía miedo.

Y estaba en lo cierto.

-Xiao: incluso sabiendo que eras un dragón, supongo que te subestimé –devolvió la vista al horizonte y me dio la espalda-. Eres...

"Lo sé, un monstruo", suspiré.

-Nathaniel: comprendo –expresé, en un intento de interrumpirlo para no tener que escuchar el posible doloroso veredicto.

-Xiao: no, no lo comprendes –dictaminó, serio-. Eres un niño con un juguete demasiado peligroso.

Me esperaba una valoración más hiriente, así que pude procesar aquellas palabras con mayor facilidad.

-Nathaniel: ¿sigues viéndome como un niño? –incidí, entristecido.

Frunció el ceño.

-Xiao: ¿esa es la parte que te importa? –replicó, molesto.

"Por supuesto que me importa cómo soy ante tus ojos", me fue inevitable pensar.