El Pecado del Alquimista 7 [+18] (Genshin Impact)

Capítulo 46

Tartaglia

5 de Septiembre – 19:10 PM

Inazuma- Tatarasuna – Base secreta Fatui – Comedor

Tanto Scaramouche como yo éramos conscientes de que no podíamos, sencillamente, matarnos como Heraldos que éramos. Estábamos atados por nuestros cargos, aunque la rabia me hubiese cegado por un momento. No obstante, puede que no tuviera autoridad para llevarme a la "presa" del Sexto, pero sí tenía toda libertad para poder quedarme en aquel edificio fatui.

Y, mientras estuviese yo ahí, me encargaría de que Kairi estuviera a salvo y lo mejor posible.

-Kairi: ¡tenía tantas ganas de comer estos postres! –gritó, emocionada.

Devoraba con mayor celeridad que de costumbre, lo que me hacía saber que había pasado por una muy mala situación.

-Tartaglia: encargaré todos los que quieras –ofrecí, feliz de que ella pudiera volver a sonreír.

Se emocionó un poco, mientras masticaba un buen pedazo de tarta de chocolate. Tragó y expresó de corazón:

-Kairi: me alegra tanto verte de nuevo, Tarta...

Tuve que contener mi propia emoción.

-Tartaglia: a mí también me alegra volver a verte, Kairi –sonreí, con un leve atontamiento en mi habla-. Tu hermano estaba muy preocupado por ti.

Suspiró.

-Kairi: de nuevo lo he preocupado –sus ánimos bajaron, incluso con sus ojos verdes clavados en el pastel.

Yo carraspeé la garganta y quise tratar la cuestión principal:

-Tartaglia: ¿por qué estás aquí? –pregunté, preocupado. Si aquella guerrera en potencia no había exterminado ya a toda la base, sería por algún motivo.

-Kairi: ... el enano descubrió que Nath es un dragón y amenazó con contárselo a todo el mundo –contó, provocándome un escalofrío-. Y... tiene a Kazuha en una celda –añadió a aquella horrible situación-. Aunque tampoco podría ir muy lejos porque es un prófugo en Inazuma.

"Sí, conozco la historia", recordé lo que el samurái nos había contado.

-Tartaglia: ...mmmm –quedé pensativo, buscando alguna solución a toda costa.

Me miró con cierta desesperación.

-Kairi: ¿se te ocurre algo, Tarta? –preguntó, inquieta.

Yo también suspiré, aunque más hondamente.

-Tartaglia: lamentablemente, de momento no –confesé, frustrado-. Pero no pienso irme de aquí sin ti, Kairi –aseguré, teniéndolo más que claro-. Pensaré en algo y, mientras estoy aquí, te mantendré lo más cerca posible para que él no se te vuelva a acercar.

Comenzó a llorar.

-Kairi: no importa lo fuerte que sea, siempre acabo siendo salvada –se avergonzaba-. Yo no quiero causaros problemas, pero soy una inconsciente y...

Me levanté de la silla y fui a abrazarla sin dudarlo.

-Tartaglia: eres importante para nosotros –dictaminé, firme, y ella se revolvió entre mis brazos-. Tu familia y yo haremos todo lo posible para que estés bien. El problema no eres tú, sino la situación en la que estás ahora –corregí.

-Kairi: he hecho cosas horribles... -sollozó, sintiéndose culpable.

-Tartaglia: todos podemos hacer cosas horribles cuando estamos desesperados –lo decía por experiencia propia-. Pero tu esencia no va a cambiar, Kairi.

Agarró mi bufanda roja y apretó sus dedos en ella, como una forma de desahogo.

-Kairi: ¡mi esencia es diabólica! –gritó, odiándose a sí misma.

Me aparté un poco de ella para poder mirarla a los ojos y dejarle bien claro lo siguiente:

-Tartaglia: tu verdadera naturaleza va más allá de tu sangre, Kairi –pronuncié en alto, con toda contundencia.

Y ella abrió sus hermosos ojos verdes como platos.

***

Kairi

5 de Septiembre – 19:22 PM

Inazuma- Tatarasuna – Base secreta Fatui – Comedor

Cuando Tartaglia pronunció las palabras que, en su momento, Kazuha me transmitió... sentí que el oscuro peso de mi corazón se reducía.

"Gracias, Tarta", pensé desde lo más hondo de mi alma y me aferré a su cuerpo con buena parte de mis fuerzas.

-Tartaglia: oh... -rió al sentir cómo sus huesos crujían por la presión que ejercí.

-Kairi: aguántalo por unos segundos, ¿vale? –supliqué, conmocionada, y dejé caer mi cabeza sobre su torso.

Su calor me envolvió, sintiéndome segura de nuevo.

-Tartaglia: todos los que necesites –sonrió con ternura-. Los huesos pueden curarse, pero este momento es irrepetible.

"Eres maravilloso", volví a pensar, agradecida de tenerlo en mi vida.