Al salir de clase, los seiscientos chicos y chicas que conformaban el alumnado del Easton ocuparon la única carretera que bajaba hacia el pueblo. Nadie que viviera en Torinbela se le ocurría coger el coche y pasar por allí a esa hora. La aglomeración de estudiantes y profesores impedía cualquier circulación. Se formaban amplias filas y grupos de jóvenes mientras seguían la carretera hacia sus hogares. Casi todos los alumnos del colegio no tenían más opción que recorrerlo a pie.
-¿Entonces qué...? ¿Te apuntas para el sábado?
-No podrá ser. También tendré que cuidar de mi hermanita cuando termine con las mates –Eva suspiró mientras arrastraba la bici cuesta abajo y daba un gran bostezo de cansancio. No tenía más que pensar en la montaña de deberes por entregar antes de acabar el curso para que le entrara de nuevo el sueño -Tener hermanas pequeñas es una cruz.
-Hablando de hermanas, ¿Y la tuya, Rachel? -se acordó Susan.
-Veré si puedo despegar a esa treki de sus foros paranormales por unas horas –dijo Rachel encogiéndose de hombros –Dios sabe cuánta falta le hace renovar su vestuario... Oye, Eva, ¿Invitamos a Brian también?
-No sé...
-¡Anda, no seas así! Seguro que os gustaría pasar un ratito juntos, ¿eh? Estaría bien, ¿eh? Tú en el probador y él esperando fuera, sentadito, ¿eh? –le dijo con una sonrisita.
-Si le llegas a insinuar algo, te estampo la mochila en la cara, ¿eh? –le advirtió, sonriéndole de igual manera.
-Solo era un comentario -se rio.
-¿Entonces... el camino está libre para las demás? –quiso saber Susan mirando a su amiga.
-Por mi...
Susan y Rachel cruzaron miradas significativas.
De la lista no escrita de chicos más populares del Easton la primera posición la encabezaba Brian, seguido muy de cerca de su hermano Jason. Este último tenía una personalidad más seria y, al igual que Nick, estaba dentro del equipo de baloncesto como capitán. Su actitud reservada e independiente no le impedía tener dotes de mando para dirigir cualquier equipo o grupo que estuviera a su cargo. Nunca exigía nada que estuviera fuera de las posibilidades de cada uno. En los entrenamientos siempre procuraba no ser demasiado estricto ni demasiado flexible con sus jugadores. Esto lo hacía parecer más maduro de lo que podría esperarse de un chico de su edad. Sin embargo, falló el año anterior con los idiomas y tuvo que repetir curso. Acabó así en la misma clase que Eva y las demás.
Brian parecía el polo opuesto de su hermano. Era muy sociable y tan popular que muchas chicas le pedían para salir en fechas clave como Navidad o San Valentín. Incluso un par de alumnas de un curso superior le pidieron ir al baile de fin de año, pero sin éxito. Ese año muchas le pidieron para el baile, pero Brian las rechazaba a todas con el mayor tacto que sabía, lo cual, unido a las miradas furtivas que le dirigía a Eva, daba claras muestras de que no le desagradaría llevarla a ella.
Pero Eva estaba harta de novios. En realidad nunca había tenido pareja formal ni nadie al que llamar novio. Solo algún ligue ocasional que le buscaban sus amigas y que nunca le duraba más de un par de semanas. Brian era majo y ambos eran compañeros desde hacía años, pero nunca se le había ocurrido pensar en él como algo más de lo que era, un buen amigo. Ni Susan ni Rachel sabían qué hacer con ella.
Descendieron la pendiente de la última colina hasta entrar por la fachada norte del pueblo. El reloj del ayuntamiento junto al parque despuntaba por encima de las copas verdes de abetos y cedros. Era un paisaje bonito, fuera cual fuese la estación. Pero no podían contemplarlo por largo rato. En aquel tramo del camino la carretera se volvía muy descuidada y se tropezaba a menudo con piedras o guijarros.
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El Laberinto 1 - Advenimiento
FantasyEva, junto con sus amigos y compañeros de clase, emprenderá el mayor viaje de su vida para rescatar a su hermana en un mundo de cuento de hadas donde enfrentará increíbles peligros, innumerables fatigas... y un destino anunciado mucho tiempo atrás. ...