Lo encontraron al día siguiente, a la caída del sol. No era fácil de hallar a simple vista, pero Susan tenía buen ojo para las anomalías mágicas, sobre todo cuando ocurrían en lugares donde no se daba ningún tipo de fenómeno mágico.
Allí, arriba de la colina, dónde los árboles de esqueletos se confundían con las piedras monolíticas, se podía contemplar el Paso de Brena cuan triste y melancólico era. Pero el paisaje no era el objeto de su atención en esos momentos.
-Esto sí que no lo esperaba -negaba Urick, mirando al suelo con espanto -¿Quién ha podido ser? Caleb, yo creía que tú eras el único que podía...
-Yo tampoco lo entiendo, Urick -contestó el mago muy serio, observando los restos esparcidos a sus pies -Esto no ha sido obra de ningún mago. Estas marcas en la piedra son las de una hoja... una hoja maldita.
Dijo esto rozando con los dedos las oscuras grietas del suelo. El grupo estaba consternado. No por el hecho en sí sino del responsable que había dejado su seña de identidad en ese enclave. Sin duda tenía que ser alguien poderoso con la espada.
-¿Crees que ese espadachín seguirá por aquí? -le preguntó Brian preocupado.
A eso Caleb no tenía respuesta que dar. No había rastro que seguir en la piedra viva y no parecía que se hubiese usado ninguna magia que se pudiera detectar. Y luego estaba la víctima abatida de ese brutal tajo. Cabizbajo y en silencio, el mago deambuló entre los despojos de aquel misterio. Cuando adoptaba ese andar característico sabían que no debían distraerle.
-Si van a empezar a matarse entre ellos nos ahorrarían mucho trabajo -comentó Rachel a los demás.
-¿No recuerdas que no pueden hacer eso? -la corrigió Carol -Son marionetas del rey. Yo no dejaría que mis muñecos se peleasen entre sí.
-Quizás los enterrados aquí se levantaran para darles su merecido -aventuró Nick, rodeando las grandes piras funerarias hechas para los reyes de los ogros -Por invadir su lugar de descanso.
-Menudas ideas locas se te ocurren... -Brian alzó una ceja escéptica.
-Oh, ¿te parece una locura? Ya hemos visto a licántropos, sátiros, hadas y espectros. Faltan vampiros y zombies... ¿Por qué no de ogros o trolls?
-Nick, aléjate de esas tumbas, por favor -le rogó Virginia, siendo del grupo la que más en serio se tomaba aquellas macabras teorías.
Eva, por su parte, también se perdió un poco entre las rocas megalíticas, tratando de perder de vista la escena del tajo en el centro de la explanada. Apenas había querido verla. Era como contemplar un cadáver horrible y desfigurado. Se buscó un sitio donde descansar las piernas y pensar en lo ocurrido.
Era de lo más raro. Se suponía que debería estar aliviada de no preocuparse de uno de ellos... pero no podía evitar inquietarse. Había alguien más capaz de darles muerte. Incluso Caleb no era único en su especie. Aunque podía haber multitud de explicaciones a lo sucedido anoche en esas rocas y ninguna tenía por qué tener relación con ellos.
Estuvo divagando así unos cinco minutos cuando Möll apareció desde el suelo, avisando de que se acercaban los pasos de alguien y que Eva era la más cercana a su posición.
-¿Por donde viene? -se puso en alerta enseguida.
El excavador señaló en la misma dirección que pensaban tomar para bajar la pendiente. Divisó algo moviéndose al fondo del despeñadero. Agudizó el alcance de su vista. Sin duda era una persona que ascendía para encontrarse con ellos.
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El Laberinto 1 - Advenimiento
FantasíaEva, junto con sus amigos y compañeros de clase, emprenderá el mayor viaje de su vida para rescatar a su hermana en un mundo de cuento de hadas donde enfrentará increíbles peligros, innumerables fatigas... y un destino anunciado mucho tiempo atrás. ...