Cap. 7 - La Gusana

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El Portal se cerró tras de ellos con un ruido sordo. Supieron al oírlo que no volvería abrirse.

Caminaron en la semioscuridad por un corto pasadizo hasta salir al aire libre de una estrecha y destartalada calzada.

-¿Y esto...? -exclamaron nada más mirar a ambos lados.

El amplio pasillo se extendía ininterrumpidamente hasta donde alcanzaba la vista, tanto a izquierda como a derecha. Era algo mucho más que simple distancia. Tanto el suelo, las paredes y los altos obeliscos que coronaban las tapias se perdían hacia el infinito en cada dirección. Cuando miraban fijamente el punto donde el suelo y el cielo se tocaban empezaban a sentir vértigo y fuertes mareos.

Difícilmente podía haber algo más opuesto a un laberinto que aquella calle.

-¡Vaya! Veo que no se acaban las sorpresas –exclamó Rachel.

-Y que lo digas –coincidió Brian, restregándose los ojos con los dedos.

Cada uno intentó agudizar la vista, esperando ver algo más que el concepto de lejanía materializado en aquellas dos direcciones. Pronto desistieron al comprobar los efectos que esto les causaba.

-¡Chicos! –les llamó Virginia de repente -¡La puerta acaba de desaparecer!

Y era cierto. Apenas se habían quedado unos segundos atónitos con la amplitud de la calle, cuando la puerta, con el pasaje bajo el arco, desapareció sin dejar rastro.

-No es muy normal que puertas y desvanes aparezcan y desaparezcan, ¿verdad? –preguntó Erick.

Susan lanzó un lamento desesperado.

-Si quieren jugar con nosotros que jueguen. Ya no voy a estrujarme más la cabeza con estas cosas.

-Bien, ya estamos dentro –sentenció Nick -¿Y ahora qué?

-Seguiremos adelante –dijo Eva con determinación.

-Sí, eso lo tenía claro, pero... ¿Hacia dónde?

La determinación de Eva ya no se mostró tan firme.

La pregunta no pudo sonar más simple y conllevar una elección tan complicada. Ambos caminos eran idénticos y por tanto tan válido uno como el otro, igual de correctos o erróneos. No se veía un solo detalle en el paisaje que inclinara la balanza a favor de ninguno.

-Esto sí que es una apuesta de cincuenta a cincuenta -se rio Nick ante el reto que se les presentaba.

-Bueno, ya que esto parece ser un juego... -repuso Carol, sacando de un bolsillo un lápiz sin usar –Dejémoslo en manos de la fortuna ¿Os parece?

Y antes de que nadie le preguntara se arrodilló y colocó verticalmente el lápiz en el suelo. Al soltarlo se balanceó un momento en equilibrio hasta dejarse caer en dirección norte.

-Por ahí –decretó señalando con el índice el lado izquierdo de la calle.

-¡¿Tú estás majara?! ¿Cómo vamos a decidirlo así? –le recriminó su hermana.

-¿Prefieres a cara o cruz? –preguntó Carol a su vez -¿Llevas una moneda encima?

-¡Esto es demasiado serio para dejarlo al azar!

-No sé que deciros –dijo Brian, mirando los lados de la calle, pensativo -Puede que un camino dé a otro corredor paralelo que nos acerque al castillo...

-Y puede que nos aleje aún más... o que no halla ningún otro acceso en kilómetros –observó también Jason -¿Tú cuál escogerías?

-¡Y yo qué sé! ¿Crees que me sé guiar en un sitio así?

El Laberinto 1 - AdvenimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora