Cap. 23 - Deuda pendiente

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Se pusieron en marcha enseguida, a la búsqueda de Jason y la salida nororiental del Paso de Brena. El camino de la colina a superar era largo y pedregoso. Si alguno de ellos se hubiera dejado caer, habría originado una nueva avalancha que derrumbaría los esqueletos de más abajo.

-Y mira que son feos con ganas -repetía Rachel mirando la llanura de abajo que ahora se les presentaba pequeña y distante -¿Por qué dará tanta pena verlos rotos?

-Lo único siempre será único aunque resulte feo -sermoneó Urick en un tono solemne -Estos esqueletos han permanecido intactos decenas de eones. Y al extinguirse tanto trolls como ogros es imposible encontrar otro lugar como este. Que desaparezca, aunque sea una parte pequeña de este lugar, ya es una terrible pérdida para Arkanta.

-¿No pasaría lo mismo en la Tierra si de la noche a la mañana las serpientes y otros animales indeseados dejasen de existir de repente? -les dijo Caleb a la cabeza del grupo -¿Qué creéis que ocurriría con vuestro equilibrio natural?

-Por de pronto nos invadirían las ratas -dedujo Carol enseguida.

Rachel no dijo nada a esto. Le parecía una broma de mal gusto que por quitar unos bichos peligrosos del mapa otros muchos fueran a reproducirse.

-Pero estos esqueletos no tienen ningún papel en la biodiversidad de este mundo -comentó Susan que sabía lo muerto y silencioso que era el Paso de Brena -¿Qué repercusiones tendría ver desaparecer estos restos?

-Absolutamente ninguno -sentenció el mago -De hecho... su presencia es un obstáculo para que plantas y animales ocupen este lugar. No se trata solo de la falta de lluvia. Los huesos se descomponen lentamente en un polvo que recubre la tierra. Ahogan cualquier semilla que llegue de los bosques e impide que germine. Es el principal motivo por la que las dos arboledas no han vuelto a unirse después de tantos milenios.

Susan frunció el entrecejo.

-Entonces... ¿Por qué razón nadie los ha retirado?

-Antes de abrirse la Ruta Occidental, este era el único paso natural que conectaba Geêl-Nirnette con las regiones septentrionales del oeste. Moverlos de su sitio habría hecho juntarse de nuevo los bosques y cerrado el Paso. Para cuando se abrió la ruta hacia el oeste ya se habían formado leyendas en torno a los bosques y los restos de los gigantes gracias a Jareth.

A la mención del rey, Susan y los demás lo comprendieron. Jareth no solo había sembrado temores y engaños en los Confines. Lugares como el Bosque Óseo eran propicios para que la gente los temiese y no se atreviese a viajar. Al Señor del Laberinto únicamente le hizo falta lanzar unas cuantas habladurías para que nadie se acercara y así ejercer un mayor control sobre las rutas de errantes y peregrinos.

-Aunque, solo por esta vez, le quedo agradecido al rey -soltó Urick inesperadamente mientras se encendía la última pipa de hierba que le quedaba -Por muy inútiles que resulten esas formaciones de huesos, son el único testimonio que nos queda de los gigantes. Hacerlos desaparecer habría destruido una parte importante de nuestra Historia.

-Si a Jason se le ocurriese derribar todos los árboles que encontrase, armaría un buen escándalo y le encontraríamos enseguida -terció Brian escrutando los montes colindantes.

-Es posible -cedió Urick -Si la que le ha acompañado no le mantiene demasiado ocupado...

  -Es posible -cedió Urick -Si la que le ha acompañado no le mantiene demasiado ocupado

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El Laberinto 1 - AdvenimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora