La sala de audiencias de la guarnición no era excesivamente grande ni estaba muy bien conservada. Las paredes llevaban siglos desnudas por la humedad que habría desgastado hace tiempo una pintura de la que ya no se sabía ni el color que había tenido. Grietas y manchas salpicaban los intramuros del edificio, al gusto puramente duende. Sin embargo, de siglo en siglo, aparecía algún oficial o Magistrado no duende que intentaba hacer reformas innecesarias. Hubo uno, en una visita de los embajadores del Reino Central, varios milenios atrás, que se había empeñado en decorar (o cuanto menos disimular) las imperfecciones de la sala con tapices traídos de los gremios del sur. Pero con el paso del tiempo, los pocos cuidados dispensados y el continuo ataque de polillas y milojos, las magníficas telas se habían visto reducidas a los doblados de los bordes y al enganche que las sujetara al techo.
Todo este estado de cosas lo había lamentado amargamente el Magistrado actual, que el día anterior recibió un dialán sónico con la noticia de que en las próximas veintiséis horas recibiría la visita oficial de un alto comisionado de la Ciudad de los Duendes. En veintiséis horas no se podían remediar los descuidos de miles de años, amén de que normalmente los comisionados solían tomarse alrededor de dos o tres años para llegar a su destino. Que se diesen tantas prisas solo debía augurar dos cosas: o el rey había muerto (cosa impensable) o bien su majestad exigía más rigor en la administración de la región.
En cualquier caso, la visita de un comisionado, fuera o no precipitada, siempre se la tenía como la visita de un miembro de la realeza al tratarse de un funcionario de la capital. Toda la guarnición se había estado preparando el día y la noche para que todo quedase lo más correcto posible. Se retiraron todos los tacos de las mesas que cojeaban, se esparció polvo por las telarañas recientes, se echaron hechizos chirriantes sobre todas las bisagras de puertas y ventanas, así como regar el musgo que crecía entre los baldosados de los patios interiores. Al ser elfo el Magistrado no acababa de aprobar semejantes medidas, pero resultó que el comisionado era una duende zitzie y había que causarle una favorable impresión.
Se suspendieron todas las patrullas urbanas y se concentró a toda la tropa enfrente de la guarnición, exceptuando a la guardia de las murallas. Los cambios en la rutina nunca gustaban a los duendes y aunque se les ahorrara algunas horas de trabajo, las quejas jamás dejaban de llegar.
-Si empezamos a cambiar los hábitos laborales los hombres acabarán volviéndose histéricos –elevó su protesta al Magistrado el subteniente de los centinelas nocturnos –Hasta el teniente de primera se ha cogido la baja por depresión. Ya es suficiente que se las vean con esos apestados de las cloacas para que ahora les digamos que esperen en tal o cuál lugar a no sé qué mensajero de la capital...
-Comisionado, subteniente, comisionado –le corrigió el Magistrado –Traer y llevar mensajes no es asunto de un alto cargo como con el que vamos a tratar. Nos enfrentaremos con toda seguridad a una inspección sorpresa. Haga el favor de mostrarle cuando llegue el respeto que se merece a un colega de profesión.
-Si vienen corriendo es que traen algún mensaje urgente, ya lo verá, se lo digo yo... -insistió el subteniente.
-¡A callar! Antes de que se ponga el sol deben todos formar filas frente a la fachada –ordenó el Magistrado distraídamente mientras repasaba las cuentas de las arcas públicas y los gastos de los últimos cincuenta años. A falta de un contable que le ayudara con los números, tuvo que desahogar su indignación sobre el subordinado que tenía más a mano –¡¿Mil ochocientos treinta y siete axtols en organizar carreras de caracolópodos?!
-Fue un año flojo para las carreras de zancudos –explicó el subteniente –Las manadas de esos patilargos escasean mucho desde que los ninyeti cambiaron sus rutas de pastos.
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El Laberinto 1 - Advenimiento
FantasyEva, junto con sus amigos y compañeros de clase, emprenderá el mayor viaje de su vida para rescatar a su hermana en un mundo de cuento de hadas donde enfrentará increíbles peligros, innumerables fatigas... y un destino anunciado mucho tiempo atrás. ...