Hace dos meses...
Despertó con un suave quejido escapando de sus labios.
Lo primero que vio fueron las estrellas, vistas gracias a una abertura circular en el centro de la gran bóveda del techo. La luz que entraba coincidía con su lugar de reposo.
Era noche cerrada, pero había tanta claridad en el cielo que se podían ver los adoquines del inmenso corredor. Las paredes de mármol eran lisas, mientras que el suelo, salpicado de baldosas y guijarros, lo surcaban varios caminos en distintas direcciones. Los pasadizos, junto a sala de estructura abovedada, se abrían al exterior de forma que una leve brisa soplaba constantemente.
En el centro de la vacía estancia había un lecho dentro de un féretro de piedra. La losa no había sido retirada ni por él ni por ninguna mano desde fuera, sino por hechizos emancipados puestos a contrarreloj siglos atrás para activarse. Aunque la cuenta de los años aún no había terminado. La razón por la que la magia funcionó antes de tiempo era la misma que provocó que él se hubiese despertado.
El condicionante.
Los hechizos emancipados se regían por reglas internas que el mago establecía antes de ponerlos en marcha. Una de ellas era que podía marcar pautas a seguir de forma continua, como esperar tantas unidades de tiempo para que el hechizo retirara la losa de piedra. Pero también existían los "condicionantes", es decir, excepciones. Casos puntuales, situaciones anómalas o supuestos previstos por el mago para que la magia que emancipaba supiera en qué casos debía ejecutarse antes. Debía ser previsor y dejar claros esos condicionantes, ya que, cuando el encantamiento se independizaba, ni siquiera su creador podía alterarlo. En otras palabras, si no hubiera condicionado el encantamiento emancipado y esa situación excepcional se hubiera dado, habría despertado, pero sin poder retirar la losa de piedra. El desencadenante que le despertaría debía ser el mismo que abriría su hermético lecho. Por esto mismo precisamente supo de inmediato el motivo de aquella interrupción de su largo letargo. Unas palabras dichas desde muy lejos... pero en el mismo espacio-tiempo de aquel mundo. Era suficiente para saber que la condición se había cumplido.
Se irguió hasta quedar sentado, acostumbrándose poco a poco al movimiento de ese cuerpo. El aire entró por sus pulmones, la sangre circuló cada vez más deprisa y los tejidos de los músculos se contraían y estiraban por primera vez. Incluso el acto de pestañear le resultaba nuevo y extraño. Se llevó una mano al rostro. Luego se miró la misma mano. Aún se acordaba de la sensación del tacto. Después se sentó a un lado del féretro, sacó los pies fuera y esperó unos minutos en silencio hasta que probó a mantenerse en pie. No lo logró con éxito hasta el sexto intento.
Observó cuanto le rodeaba. Todo parecía igual. Las cuatro únicas salidas representaban los cuatro puntos cardinales de la Gran Elipse, así como a los cuatro únicos accesos para entrar al laberinto.
Dio sus primeros pasos rodeando el rectángulo de piedra que le había acunado tantos siglos. Por suerte mantuvo bien el equilibrio y no le costó grandes esfuerzos manipular la tela de las sábanas y cubrir con ellas su cuerpo desnudo. No tenía un sentido de la intimidad del cuerpo, pero recordaba que la desnudez podía incomodar a la gente y tuvo que anticiparse a esto. A continuación se aventuró por la puerta más cercana. Según se sucedían sus retornos a aquel recipiente que tenía por cuerpo, tomaba las salidas en un orden determinado. Al principio lo hacía en el sentido de las agujas del reloj, más tarde al contrario de las agujas del reloj... y finalmente lo abandonó, tomando las salidas al azar.
Esa vez, sin embargo, cambió de idea al detenerse a mitad del camino que salía por el norte y escogió ir al oeste. Cruzó los distintos pasillos que circundaban el centro de la cámara central donde había residido su anterior recipiente mortal durante ochocientos años. Anduvo por el silencio y la penumbra a su ritmo, sin excesiva prisa.
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El Laberinto 1 - Advenimiento
FantasyEva, junto con sus amigos y compañeros de clase, emprenderá el mayor viaje de su vida para rescatar a su hermana en un mundo de cuento de hadas donde enfrentará increíbles peligros, innumerables fatigas... y un destino anunciado mucho tiempo atrás. ...