CAPÍTULO 66

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SHIARA

Una semana después...

10 de octubre del 2020

Estoy acostada sobre mi espalda encima de mi cama con la mirada fija en el blanco techo de mi recámara, cuando de pronto escucho el sonido de la computadora a mi lado, el cual indica que es una llamada entrante.

Me siento en la cama sin muchos ánimos, girando mi computadora para que quede de frente a mí; pudiendo así detallar que la llamada entrante es por parte de Lily.

Inmediatamente leo el nombre mi ánimo mejora. Tengo unas cuantas semanas sin tener ningún tipo de contacto con nadie de parte de la academia de Londres, y hablar con mis verdaderos amigos es un excelente vitamínico para mi estrés.

―¡Shiara! ―contesta con extrema felicidad cuando descuelgo la llamada.

―¡Chicos! ―sonrío abiertamente al ver que del otro lado de la pantalla están; Lily, Adeline, Samy, Albert, Austin y hasta Ada y Daniel. ―¿Cómo están todos?.

―Más que felices ―la que estalla esta vez es Adeline.

―Sí, puedo notarlo ―sigo sonriendo ―Pero puedo apostar que esa felicidad no se debe solamente a estar hablando conmigo en estos momentos.

―Bueno pos... para que mentimos si es así ―irrumpe Lily.

―Sí, pero con eso no queremos decir que no estamos felices de verte princesita ―habla Austin.

―Sí, eso lo sé tranquilos. Pero cuéntenme; ¿Que los tiene desbordando tanta felicidad por los poros? ―me reacomodo en la cama.

―Pues... ―habla Albert, dándose una mirada cómplice con los demás. ―¡Nos vamos todos a Holanda! ―exclaman todos al unísono, exceptuando a Sam y Austin; los cuales observan la escena con una sonrisa plasmada en sus rostros.

―¡NO! ―abro los ojos como platos y cubro mi boca con ambas manos de la sorpresa que me corroe ―¡Que felicidad!, no se imaginan la alegría que siento al escuchar esa noticia, lo tienen más que merecido. Les deseo mucho éxito y espero algún día poder competir junto a ustedes ―digo contagiada por la felicidad de mis amigos.

―Sí, muchas gracias hermosa. Sabemos de tus buenos y sinceros deseos hacia nosotros ―vuelve a hablar Ly.

―Bueno, iremos todos con exención de Sam y Austin ―expone Adeline mientras se rasca la nuca.

―Pero, ¿por qué? ―cuestiono intrigada.

―Yo no quedé calificada ―habla Sam por primera vez en toda la llamada, adoptando la misma timidez que la suele caracterizar ―Y Austin... pues Austin... ―le da una mirada nerviosa a mi amigo removiéndose incomoda en su asiento.

―Y yo rechacé mi invitación porque no quiero dejar a mi pinguis sola aquí ―rodea a Samy con un solo brazo apegándola a él.

―¿Pinguis? ―cuestiono con desconcierto.

―Sí, así le digo de cariño.

―Ah.

―Pero ya estoy cansada de decirle que se valla, que no renuncie sus sueños por mí ―proclama Sam, a lo que la voz se le empieza a cortar y su nariz a ponerse roja.

―Sí, y yo ya estoy cansado de decirte que para mí tú eres más importante que ir a Holanda ―le explica Austin a Sam mirándola fijamente a los ojos, a lo que luego la rodea en un abrazo.

En tanto yo me encuentro demasiada sumergida en la escena frente a mis ojos como para ser capaz de articular alguna palabra.

―Yo lo lamento mucho Sam, imagino que era un sueño para ti el viajar a Holanda al igual que los demás. Pero no te desanimes, el próximo año seguro tienes más oportunidad de viajar.

Llamas Sobre HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora