—No sabía que a mitad de año se podían unir mas alumnos a la academia —escucho como dice Adeline a mi lado, pero yo aún sigo sosteniendo el contacto visual con el chico de enfrente.—Ya que los eh presentado, pueden sentarse en el lugar de su preferencia y ponerse a trabajar, recuerden ponerse al día con uno de sus compañeros —sigue hablando Benicio.
Albert corta el contacto visual conmigo y junto a su hermana se dirigen al lugar del salón donde se encuentran Octavio y su grupo.
Y se saludan con un choque de manos, como si se conocieran de toda la vida, al igual que su hermana hace un rato.
Y ahora que lo pienso si tienen un parecido, mismo color de cabello, y sus rostros se dan también un parecido.
Aparto mi mirada de ellos y me concentro en la clase de Benicio, la cual es tranquila y algo aburrida como siempre.
—Oye Adeline, ¿Sabes qué estaba pensando? —le comento a Ade mientras camino junto a ella por los pasillos de la academia, con las manos cargadas de libros.
—Eh, no.
—Pensaba en que cuando nos conocimos dijimos que le íbamos a cambiar el color a nuestra habitación y nunca lo hicimos.
—Santo cielos, es cierto, ya lo había olvidado por completo.
—Unju.
—Bien, ¿qué tal si vamos al despacho del director y preguntamos si podemos hacer los cambios?.
—Me parece bien, así podemos remodelarla este fin de semana.
—Perfecto, más tarde iremos, ahora tengo que darme prisa si quiero llegar a tiempo a mis clases.
—Vale, chau —me despido de ella antes de que se marche. Termino de llegar a mi casillero, y ya frente a este lo abro y empiezo a guardar mis libros en su debido lugar, pero mi acción es interrumpida cuando dos toquesitos se escuchan en la puerta de mi casillero, haciendo que lo cierre de golpe.
—Quien diría que nos íbamos a encontrar aquí —me dice Albert recostado del casillero de al lado, con una cálida sonrisa en su rostro y sus manos cruzadas sobre su pecho.
—Si, ¿verdad? —le digo a modo de respuesta, devolviéndole la misma sonrisa —Y cuéntame, ¿Cómo hiciste para entrar a mitad de año?.
—Mis padres tienen buena influencia en esta academia —me guiña un ojo.
—Oh valla, ahora comprendo.
—¿Que clase tienes ahora? —me pregunta cambiando de tema.
—Alemán, la última por este día, ¿Y tú? —asiento con la cabeza.
—La misma —me vuelve a sonreír.
—Que casualidad, vamos entonces —le digo pasando por su lado, y siento sus pasos detrás de mí.
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Llamas Sobre Hielo
Fiksi RemajaShiara, una chica de 18 años de edad; la cuál desde pequeña su mayor sueño ha sido ser la mejor patinadora artística en hielo. Desde muy pequeña siempre ha participado en eventos y torneos de patinaje artístico sobre hielo, pero luego de terminar la...