CAPÍTULO 35

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En las clases, o cada vez que camino por los pasillos me encuentro con ciertas personas que me dan las felicitaciones por mi cumpleaños

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En las clases, o cada vez que camino por los pasillos me encuentro con ciertas personas que me dan las felicitaciones por mi cumpleaños. Lo cual se me hace algo extraño, porque aparte de las chicas, Albert y Austin no eh comentado esto con nadie más.

A Albert no lo eh visto en todo el día para poder agradecerle por ese valioso regalo.

Estoy algo distraída guardando cosas en mi casillero cuando siento unas manos en mi cintura ajerciendo un fuerte agarre, y me levantan en el aire empezando a dar vueltas
conmigo haciendo que un gritito salga de mí.

—Feliz cumpleaños —me doy cuenta que es Austin el que me vuelve a dejar en el suelo para luego darme un fuerte abrazo de frente.

—Gracias —le respondo devolviéndole el abrazo.

—¿Qué tienes pensando hacer hoy? —Me repite la misma pregunta que me hizo Lily esta mañana.

—Quedarme viendo películas en mi habitación.

—Buena opción —me sonríe y yo frunzo el ceño.

—¿Enserio lo crees ?, Todos me han dicho que soy una soporífera.

—Oh, yo no lo creo, me parece que es una buena idea, hasta si quieres te acompaño a ver tu maratón de películas —me dice y yo le doy una sonrisa sincera.

—Por eso eres mi mejor amigo —le digo mientras cierro la puerta de mi casillero.

—¿Vamos a comer? —Me pregunta ya que es medio día.

—Sip —le contesto y este pasa una de sus manos por mis hombros y nos echamos a caminar hacia la cafetería.

Al llegar a la cafetería pedimos algo de comer y juntos nos sentamos en una mesa a degustar nuestros platos.

A lo que comemos hablamos de cualquier tontería, y en todo el rato que llevamos en la cafetería no hemos visto a las chicas. Y no se porque presiento que esas tres algo se traen entre manos.

—Hola hermosa, feliz cumpleaños —dice alguien de repente a mi lado y me da un beso en la mejilla que me toma por sorpresa.

—Hola, gracias —le sonrío y este me devuelve la sonrisa y se sienta en la mesa frente a mí.

El celular de Austin vibra en la mesa por el llegar de una notificación. Este lo toma curioso y lo revisa, y de un momento a otro se levanta de la mesa de golpe.

—Eh, me disculpan pero yo me tengo que ir, nos vemos luego Shi —se despide Austin.

—Está bien, nos vemos luego —le correspondo la despedida, y al instante este se pierde de mi visión saliendo de la cafetería.

Solo quedamos Albert y yo en la mesa, y pienso que esta esa mi oportunidad para agradecerle por el obsequio. Pero como siempre se me adelanta, haciéndome la misma pregunta que eh escuchado al menos dos veces en este día.

Llamas Sobre HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora