CAPÍTULO 20

358 34 184
                                    

MARATÓN 1/4

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


MARATÓN 1/4

OCTAVIO

Hoy por fin es el día en el que saldremos de este lugar, al menos por una semana y media para mí.

Luego de haberme levantado y duchado, busco mi maleta en el clóset y la pongo encima de la cama abierta.

Voy al clóset y saco un grupo de ropas y las doblo en las maletas.

Solo las necesarias, ya que en dos semanas, luego que regrese de Holanda volveremos aquí y no le veo la lógica de llevarme todo.

Ya cuando tengo todo empacado reviso que no se me halla quedado nada en la habitación, tomo la tarjeta RFID de la puerta y salgo de la habitación cerrando la puerta detrás de mi.

Me dirijo a la cafetería por un batido de banano antes de dirigirme a la salida de la academia, donde se encuentran la mayoría de los alumnos aglomerados despidiéndose del resto.

"Que bobada".

—Mi amor —dice una voz chillona detrás de mi colgándose de mi espalda como los monos yo doy un suspiro profundo para no hacer algo indebido.

—Sophie.

—Mi amor no sabes cuanto te voy a extrañar —sigue chillando serca de mi oreja y esta vez me da un beso en la mejilla.

Agarro suavemente su mano para que me suerte el cuello y ponerla frente a mi pero vuelve a pasar ambas de sus manos por detrás de mi cuello.

—¿Tu no me vas a extrañar? —finge hacer un puchero y en mi rostro no se refleja ninguna expresión.

—Octavio, te estoy hablando.

—Eres muy pegajosa —es lo único que digo antes de volver a sujetar mi maleta y seguir mi camino.

—¡Ay! —se queja detrás, yo miro por el rabillo del ojo para encontrarme que Sophie tirada en el suelo —Ayúdame mi amor y no te quedes ahí parado.

Miro al cielo en busca de paciencia y con desgano me dirijo hasta dónde ella está y le tiendo una mano para que se ponga de pie.

—¡Ay, mi tobillo! —se queja.

—Sujétate bien de mi mano y no seas tan llorona.

—Amor no puedo caminar, entiende.

—¿Y que pretendes? ¿Que te lleve cargada?.

—Tal vez.

—Ni lo sueñes —la dejo apoyada en un solo pie e intento darme la vuelta para irme.

—Oye espera, en serio no puedo caminar, ayúdame.

Bufo, ruedo los ojos y retrocedo varios pasos pensando que mientras más rápido lo haga más rápido me libro de ella.

—No te voy a cargar, no soy medio de transporte, simplemente te voy a sujetar y tu te la ingenias a ver como caminas si no quieres que te deje aquí parada.

Llamas Sobre HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora