CAPÍTULO 53

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SHIARA

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SHIARA

Me estiro en la cama y abro los ojos lentamente. Por instinto busco a Octavio a mi lado, pero el no sentir nada me hace abrir los ojos rápidamente. Dándome cuenta que no está, ni él ni sus cosas.

"¿Que esperaba?, Es Octavio, es obvio que se iría" pienso.

Miro la hora en el reloj que habita en mi mesita de noche, dándome cuenta de que son las 8:20. Aún es temprano, pero todo rastro de sueño ha desaparecido de la nada.

Por eso me levanto de la cama decida a ir al baño a por una ducha. Al levantarme de la cama veo unas cuantas hebras de cabello humano esparcidas en el suelo, a mi mente vienen los recuerdos de la noche anterior dejándome helada.

Un rostro pálido, blanco como un papel, ensangrentado, labios morados y ojos abiertos...

-¡Shiara! -me gritan a mi lado.

-¡AAHH! -grito.

-¿Que te pasa?, ¿Por qué gritas? -me pregunta Charlotte a mi lado.

-Por nada, me asustaste -trago grueso evadiendo el tortuoso recuerdo de mi mente.

-¿Que es todo ese cabello? -examina el suelo con evidente confusión.

-Eh... Anoche me hice un corte de cabello y me dió pereza recogerlo -trato de sonar convincente.

-Shiara, tú cabello es castaño y este es rubio -se cruza de brazos.

-Eh, no. Quise decir que le hice un corte de cabello a una amiga... Si, a una amiga -titubeo un poco.

-Que yo sepa no tienes amigas cercas de casa -entre cierra los ojos como si supiese que le estoy ocultando algo -Además anoche cuando regresé toda la escalera estaba llena de cabello también. ¿Qué hacías?.

-Diablos -susurro para mí misma cuando me veo en un callejón sin salida.

-¿Qué?.

-Nada, nada. ¿Charlotte No tienes clases hoy?, Ya vas muy tarde -empiezo a empujarla fuera de la habitación -Y si llegas tarde te pondrán sanción.

-No, Shiara no... -intenta ponerme resistencia pero la fuerza que ejerzo le ganan.

-Para la próxima toca la puerta antes de entrar. Que tengas lindo día, adiós -le cierro la puerta en la cara.

-Shiara -reclama del otro lado de la puerta -Cuando regrese tendremos una larga plática.

-Cuídate hermanita -le grito alejándome de la puerta -Uff -dejo escapar un suspiro de alivio -Por suerte no logró ver la ventana rota -vuelvo decir para mí misma.

En los minutos siguientes me dedico a tender mi cama, limpiar todo el resto de cabello que habita en mi habitación, darme una ducha y vestirme.

Me encuentro sujetando una coleta alta bastante alisada en mi cabello cuando escucho el sonido de algo pesado caer en el suelo de mi balcón.

Llamas Sobre HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora