CAPÍTULO 26

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Ya faltan pocas horas para que entre año nuevo y yo me encuentro turisteando sola por las calles de Holanda

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Ya faltan pocas horas para que entre año nuevo y yo me encuentro turisteando sola por las calles de Holanda.

Aunque no hay mucho que ver, ya que la mayoría de los establecimientos comerciales se encuentran cerrados por los mismos motivos.

Veo una biblioteca al otro lado de la calle donde me encuentro y decido entrar a comprar algún libro, para entretenerme los pocos días que me quedan de estancia aquí.

Al entrar mis fosas nasales captan ese típico olor al que huelen los libros. Lo primero que veo al entrar es la caja donde pagas tus compras y detrás de este mostrador hay un chico cobrando.

Doy varios pasos al frente encontrándome con pasillos llenos de estantes, y esos estantes llenos de libros de todo tipo.

Me pongo a rebuscar en el área de novelas juveniles algún libro que capte mi atención.

Mientras reviso con cuidado y leo el prefacio de unos libros hay unas chicas a mi lado, las cuales hablan de un tema, el cual puedo escuchar perfectamente por la cercanía que tenemos unas a las otras.

—Escuché que hoy el bosque estará abierto, ¿No quieren ir?.

—¿De veras?.

—Si, al parecer por motivos a año nuevo.

—¡Wow! Yo sí quiero ir, hay muchas cosas que explorar allí dentro —es lo último que alcanzo a escuchar antes de que se alejen y sus voces se mezclen con las demás.

—¿Un bosque? —pienso en voz alta.

Luego de comprar el libro y caminar un tiempo más por las calles Holandesas decido por fin volver al hotel.

Al llegar a este subo directo a la habitación, cuando entro me percato que Octavio no está. Pero esta vez sí me aseguro que no esté.

Me siento en el sofá y con el GPS de mi celular busco la dirección del bosque de el cual esas chicas hablaban hoy en la biblioteca.

Simplemente tuve que buscar el bosque más cercano a mi, y valla que lo encuentré, está cerca de acá, caminando llego en 20 minutos.

Mmm, no sería mala idea ir a ver qué es lo que tanto comentaban sobre el.

Unos minutos más tarde bajo al restaurante del hotel a comer algo, puesto que ya es mucho más del medio día y no eh comido nada desde la mañana.

Tomo asiento en una mesa al azar y pido una carne de res asada con vegetales, la cual a los pocos minutos me la traen y yo como todo, tomándome el tiempo de saborear cada bocado.

Cuando termino mi almuerzo me quedo unos minutos en la mesa pensando en que puedo hacer ahora.

Luego de unos largos minutos en lo que no se me ocurre nada decido volver a mí habitación, en la cual me quedo dando vueltas algo aburrida sin saber que hacer.

Llamas Sobre HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora