BLEACH: NEW AGE.

109: El Plan Fantasma.

---A que te...--- Kai queda en shock.

Sobre la montaña, el cuerpo de dónde provenía la voz, está atrapado por la misma, cubierto de rocas de magma seco, hasta la mitad del torso. Sus brazos están libres, rodeados de cadenas que van hacia los extremos de la montaña y su cabello es largo, con un rostro sumamente conocido para Kai, el rostro es tan parecido al de su padre que se queda congelado en su sitio.

---No, no puede ser...--- Kai se detiene a dos rocas de llegar a la montaña.

---Es, y si puede ser.--- La voz le responde, al tiempo que se oye como las rocas gigantes crujen por tercera vez y mucho más fuerte. ---El agua del lago está entrando a tu mundo interno... pronto será el fin.

--- ¡Entonces, dime tu nombre vamos!--- Kai se desespera.

---No puedo, tú me tienes atado, yo represento tu interior. Y tu interior lo tienes reprimido por ese suceso del pasado...--- Del frente de su rostro se forma la presión y sale disparada hacia Kai.

Kai salta definitivo hacia la montaña evadiendo la explosión y el estallido. Al tocar la misma, el calor abrasador le hace recordar.

Cuando tenía 11 años, una noche su padre estaba regañándole por estar en una pandilla de jóvenes que no hacían más que robar verduras y jugar a los Shinigami causando problemas en el distrito. Desde pequeño, Kai evidenciaba liberaciones de Reiatsu así que su padre solía atarlo cuando sucedía eso. Ese día, Kai le empezó a reclamar que él podía hacer lo que quisiera entonces el padre tomo unas cadenas y lo llevo al establo que tenían a un lado de la casa. Se usaba para almacenar hojas en otoño y flores en primavera, el negocio de su madre.

Kai gritaba enojado y le decía cosas, mientras el padre empezaba a presentar ampollas de quemadura debido al Reiatsu desprendido de su hijo.

---Debí matarte cuando naciste, joder... porque la pequeña es más normal que tú.--- Dicho eso escupe. ---Por tu culpa no tendré heredero.--- El padre le dice frustrado al terminar de cerrar el grillete.

Esas palabras incendiaron la ira dentro de Kai, y estallo. Su Reiatsu hizo que el establo se viniera en pedazos. El padre se le detono la pierna y un brazo. Entre gritos una viga de apoyo del techo cayó sobre la cabeza de el señor, aplastándolo en un charco de sangre; tal cual un sandia al caer y desparramarse.

Aquella visión ocasiona que entre ira y dolor, grite más, llevando su poder hasta la casa que está a un lado, la cual empieza a estallar y quemarse.

Escucho los gritos de su madre, y los llantos de su hermana. No sabía cómo parar, hasta que alguien empezó a hablarle.

Una Shinigami corta el fuego con su espada y pasa del establo para ir a la casa. Kai no sabe que sucede, solo que sus grilletes estaban derretidos y se había liberado. Corre hacia la casa gracias al fuego apagado y la facilidad de esquivar los escombros.

Dentro, encuentra a su madre, quemada, casi al término de estar rostizada. Sus lágrimas caen a chorros, y cae de rodillas.

Su única esperanza es ver a su hermana en un corral, encerrada aun sin daño alguno, emanando una luz a su alrededor.

---Sera un problema si vuelves a explotar...--- La voz de la Shinigami se escucha a su espalda y le da un golpe en la parte posterior con el pomo de la Zanpaku-tô desmayándolo.

...Terminado el recuerdo debido a un cuarto sonido de ruptura de las rocas gigantes.

Kai observa el rostro similar al de su padre. --- ¿Eso... eso ocurrió?--- Traga viéndose las manos.