Sasaeng [Y.M] [✓]

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Luego de la cena Yoongi se encontraba en el baño limpiándose la herida hecha por el menor, cuando salió vio al menor sentado en la cama mientras sostenía su pecho y respiraba con dificultad. Él se acercó rápido y vio al menor él cuál se desplomó en su pecho, Yoongi se preocupó mucho y lo cargo para llevarlo rápido al auto e ir al hospital, tenía mucho miedo que algo les pasará a sus dos amores. Cuando llegó espero noticias, estaba muy preocupado cuando vio al doctor se acercó rápido para saber qué había pasado y si Jimin y la bebé estarían bien.

—¿Cómo están? —le pregunto.

—Él y la bebé están bien. —le respondió. —de milagro.

—¿Cómo que de milagro? —cambio su expresión a una preocupada.

—Según unos exámenes realizados se determinó que el joven Park consumió una cantidad algo grande de hongos alucinógenos. —miro unos documentos.

—Es imposible no hay esas cosas en nuestra casa. —negó. —él sabe que no puede comer eso.

—De algún lado los consumió. —le dijo el doctor. —ya fue desintoxicado y ahora descansa.

El doctor se fue y él se dirigió a la habitación y lo vio dormido, se acercó a paso lento y se sentó en la silla para tomar la mano del menor y darle un beso, sabía que alguien le dio los hongos por algún motivo y lo iba a averiguar. Yoongi miró su celular y le cayó el mensaje de un número desconocido, él entró y vio lo que decía, su sonrisa creció y comenzó a escribir en el chat, al terminar se levantó y le dio un beso en la frente de Jimin.

—Descuida cariño. —le susurro. —me encargaré de esa persona que nos quiere separar.

Él salió de ahí y se fue al lugar donde tenía sus cosas y se arregló muy bien, miro el lugar donde debía de ir y se dirigió de manera lenta, cuando llegó vio a una chica la cual se emocionó al ver al mismo Agust D frente a ella.

—Sabía que no querías a ese chico porque viniste por mí. —le dijo mientras se acercaba.

—¿Tú le diste esos hongos a él? —se acercó a paso lento a ella.

—Sí. —asintió feliz.

—¿Puedo saber el motivo lindura? -le pregunto mientras le tomaba de la cintura. —anda dime. —susurro cerca de sus labios.

—Quería hacer que se muriera. —sonrió. —él no te merece, yo sí.