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Jimin ya estaba en su casa, miraba las fotografías recientes que le había tomado a Yoongi, su sonrisa creció mientras se acostó en su cama y comenzó a acariciar su cuerpo mientras imaginaba que era el rapero quien lo tocaba, gemidos comenzaron a hacerse presente ante las masturbaciones del joven de cabellos naranjas. Las gotas de agua de su reciente baño caían por la cama, él siguió masturbándose hasta que llegó a su liberación, él sonrió y se limpió de manera lenta, miró la pequeña cicatriz de su abdomen y la acarició, gracias a esta Yoongi le había dicho lo importante que era para él.

Luego de estar limpiando su cuerpo por lo ocurrido se dirigió al restaurante para ver la remodelación que estaba teniendo había logrado demandar al viejo asqueroso que no le quería pagar los daños y claro que con un pequeño susto logró hacer que confesará que había recibido un soborno para que no le pagarán por los daños de su restaurante. Él iba a paso lento al hospital, su hermano lo había llamado porque su madre moría y necesitaba su médula osea, Jimin al llegar vio a su hermano y luego a su madre la cual tenía una bufanda tapando su cabeza.

—Hijo. —susurro débil la mujer.

—No vine porque te voy a salvar la vida madre. —le dijo. —y menos cuando me arruinaron la vida, mis sueños, todos se arruinaron desde formar una familia con hijos hasta bailar. —habló con odio. —te recuerdo que tú provocaste que me fracturara la pierna y apoyaste al bastardo que tienes de esposo a que quemara mi último sueño de ser uno de los mejores chefs reconocidos mundialmente. —sonrió. —al menos di que te enorgullece que tu gay hijo se mantenga solo y siendo tan joven logró ser alguien en la vida.

La mujer lloraba, ese no era el hijo que había criado, este era una persona completamente diferente a la que vio crecer. Jimin se agachó y le limpió las lágrimas no sentía nada al verla llorar, no le importaba nada solo el bienestar de su amor Min Yoongi.

—El karma es dulce. —dijo. —tu vida depende del hijo que maltrataste y despreciaste.

—Hijo perdóname. —lo quiso tocar, pero Jimin se negó a que lo hiciera.

—Es tarde para ello madre. —suspiro. —si quieres mi médula osea dile a tu esposo que me pague por los daños de mi restaurante y te daré lo que pides.

El chico solo dijo eso y salió del lugar, no tenía ninguna expresión hasta que su semblante cambió al ver un póster del concierto de AgustD.

—Es una pena que no pueda verte en vivo amor. —sonrió. —pero muy pronto te veré en tu casa solo tú y yo.

Sasaeng [Y.M] [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora