VI

10.5K 1K 111
                                        

—Ella es mi tía, se llama Marina.

—H-Hola —saludó con temor Alex, mirando a la mujer junto a Catalina.

—Mi tía es médica clínica.

—¿Le contaste? —le preguntó asustado.

La mujer sonrió levemente, asintiendo con la cabeza.

—Alex no te preocupes, Cata me explicó un poco por lo que estás pasando. ¿Quieres contarme mejor?

—E-Es que... Ni yo lo entiendo cómo ocurrió.

Tranquilo, papi... Te bajará la presión.

—De acuerdo. Entonces ¿Eres un chico embarazado?

—S-Sí, Catalina me hizo la e-ecografía, y allí se vio al... Embrión.

¿Verdad que estaba muy lindo, pa?

—¿Habías tenido antes sexo con un hombre?

Alex miró hacia abajo y asintiendo con la cabeza, con algo de vergüenza. ¿Para que le preguntaba eso?

—¿Desde cuándo?

—Am... El año pasado, creo.

—De acuerdo, me gustaría revisarte si me lo permites, y además, hacerte el pedido para varios análisis. Ahora que sabemos que el embarazo es un hecho, tenemos que empezar a controlarlo.

—¿P-Pero esto usted se lo dirá a alguien más?

—No, descuida, lo mantendremos en secreto. Y si alguien pregunta, seguiremos con tu mentira de que eres un chico trans.

—E-Está bien.

—Alex ¿Sabes quién es el papá del bebé?

—Sí, pero él no me cree.

—Es entiende, Alex, después de todo, tu condición es imposible. Qué tú estés embarazado es un extrañeza de la naturaleza.

Papi, yo no soy una cosa rara. Esa señora me ofende.

***

Tenía una casa preciosa, demasiado cómoda para un muchacho de veintiún años soltero, al cual sus padres le estaban pagando todos sus caprichos. Casa, auto, gimnasio, todo lo que Matthew quisiera.

Y no era para menos, era el único hijo de la familia Collins, familia reconocida por cirujanos plásticos muy prestigiosos.

Y Matthew no sería la excepción, estaba estudiando medicina al igual que sus padres, y sus abuelos.

—No puede ser ¿Qué demonios quieres ahora aquí, maldito gay mentiroso? —preguntó con fastidio al bajar de su auto, y ver a Alex en la puerta de su casa.

—Enseñarte esto —le dijo dándole la ecografía.

—Y seguirás con esa estupidez. Hazme el favor y vete, o llamaré a la policía.

—Yo también podría denunciarte, Matthew, por no hacerte cargo de tu hijo.

—Deja de decir estupideces o te romperé la boca —le dijo mirándolo serio a los ojos.

—¿Ahora me la quieres romper? Bien que con ella te hice correr más de una vez.

—Cierra la boca, puto —le dijo empujándolo, corriéndolo de su camino.

—Estás estudiando medicina ¿No? Mira la ecografía entonces, comprueba por tu cuenta que no estoy mintiendo.

—No pienso ver una mierda —pronunció abriendo la puerta de su casa—. Y lárgate, no quiero volver a verte.

Matthew cerró la puerta y Alex suspiró, observando la ecografía.

No creo que él me acepte...

El rubio pasó la ecografía por debajo de la puerta y se fue. Tenían que realizarle unos análisis, no podía seguir perdiendo el tiempo.

***

Estaba de salida de su casa, para irse a clases, cuando vio una hoja cerca de su puerta. Se agachó y la tomó, frunciendo el ceño al ver de lo que se trataba.

¿A quién diablos le había robado una ecografía? Porque no era una impresión cualquiera, estaba hecha por un ecografo real por los datos allí visualizados.

—Maldito puto enfermo —masculló apretando el papel, antes de arrojarlo e irse hasta su auto.

¿Qué demonios quería conseguir el infeliz ese? Dinero seguramente, ya que su familia tenía una muy buena posición económica. Y esa treta estúpida de un embarazo la esperaba de una mujer, de un estúpido homosexual.

...

Papá No Soy Un ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora