Papá No Soy Un Error

XXXV

—Mar, yo... Yo quería contarte algo muy importante de mi, que nadie más sabe, debido... A las circunstancias en las que se dió.

—Sabes que puedes confiar en mí —le dijo sorprendida la castaña, dejando de lado su cena.

Había ido a casa de Matthew para saber si necesitaba algo, para ayudarlo con el aseo y además, con la cena. Sabía que si dependía del muchacho, ni siquiera se cocinaría algo decente.

—Tuve un caso cercano muy parecido al que me contaste de tu abuela. Los hombres gestantes —pronunció bajo—. Es por eso que viajé hasta el pueblo del que me hablaste, y hablando con un tipo, él me confirmó que era verdad.

Marlene lo observó a los ojos, antes de beber un sorbo de refresco.

—¿Qué tan cercano es para ti el caso?

—¿Qué tanto crees tú en esto? —le preguntó—. Porque recuerdo que cuando tocamos el tema durante el trabajo en clases, fuiste la única que no se mostró incrédula.

—Primero responde tú mi pregunta, Matthew, ¿Qué tan cercano es para ti el tema?

—Mucho.

—¿Qué tanto?

—Diría familiar.

Marlene asintió con la cabeza, antes desviar la mirada y suspirar, luciendo realmente incómoda.

—De acuerdo —pronunció luego de tomar una larga respiración y mirarlo—. Esto nadie más lo sabe, así que ahora yo estoy confiando en tí. Yo sé que es real, porque tengo dos papás también. Mi papá Gabriel me gestó.

—O-O sea, tú eres el producto de dos hombres.

—Sí, Gabriel y Louis.

—Wou, esto... Esto es increíble —pronunció sorprendido, sin poder dejar de mirarla—. Eres normal ¿Verdad? No presentas ningún tipo de malformación o síndrome ¿No?

—No, soy completamente sana, no tengo ningún tipo de inconveniente. Y si decidí estudiar medicina, fue para poder ampliar estos casos, investigar, ayudarlos, entender porqué suceden, que tan frecuente se dan.

—Tengo una hija, con un hombre como... Tu papá —le confesó, mirando hacia abajo—. Se llama Luz, nació hace dos meses.

—Matthew ¿Y quién más sabe de esto? —preguntó preocupada—. Esto no es algo que pueda salir al mundo como si nada.

—No te preocupes, es un secreto. Sólo lo sabe una doctora que fue quien atendió al... Al otro padre de mi hija durante el embarazo, y nadie más.

—¿Y qué sabes tú de este muchacho?

—Nada.

—¿Cómo que nada? ¿Tuviste una hija con un desconocido?

—Fue algo de una noche. Yo estaba muy, demasiado, ebrio y él parecía una mujer, ni siquiera sabía que era hombre ¿O piensas que soy un maldito gay?

—No hables de ese modo sabiendo que tengo dos padres, como si fuese algo malo, asqueroso o de lo cual avergonzarse —pronunció molesta.

—Lo siento, supongo que tienes razón —murmuró indiferente.

—Escucha, hasta donde yo sé, y tengo conocimiento, es algo que sólo se da en el pueblo de mi abuela. Y si mi abuela lo sabe y confirma, es porque ella viene de una línea familiar de parteras.

—¿En serio? Yo hablé con una partera cuando fui al pueblo.

***

Ves que no era tan difícil, papi, esto si es rico y me gusta mucho.

—Eres todo un caso, Luz —suspiró Alex dándole el pecho, luego de estar intentando darle el biberón y que la niña se negara a tomarlo.

No había forma de poder dárselo. Había probado con su propia leche, con fórmula para bebés de su edad, y nada había funcionado. Incluso había comprado diferentes tipos tetinas*, creyendo que si tenían una forma parecida al pezón, Luz podría agarrarla... Pero no, la bebé se había negado rotundamente en tomar el biberón.

—A papá sólo le quedan dos semanas más contigo, antes de comenzar a trabajar. Y tú tienes que tomar el biberón, mi amor —le dijo afligido, mirando sus ojitos azules, que también lo observaban, tomando uno de sus dedos con su pequeña manito.

¿Cómo se alimentaría esas seis horas sin él? Era mucho tiempo para que ella estuviera sin comer, siendo una bebé tan pequeña. Sin contar con el hecho de que no dejaba de llorar hasta Alex le diera el pecho.

Ni siquiera sabía si se iba a adaptar a Catalina.

...

Tetina: acá le decimos así a la parte de arriba del biberón, esa que es de silicona. No sé cómo se le llamará en otros países (comenten si gustan) ❤️✨