XXII

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¿Por qué lloras, papi?

Se acostó de lado en la cama, abrazando la almohada, mirando hacia la pared, llorando en silencio... A veces simplemente sentía que el peso sobre sus hombros podría derribarlo.

Ya faltaba menos para la llegada de la bebé, y él se sentía tan solo. Salir de su departamento, y alejarse de la vida universitaria, sólo sirvió para hacerlo sentirse más deprimido. En las tiendas de bebés se había encontrado con tantas futuras mamás tan bonitas, y acompañadas de sus parejas.

Y él era el único que no encajaba ahí, sólo... Y embarazado. Eso simplemente lo hacía pensar en Matthew, porque al final tenía razón, él era un fenómeno.

¿Cómo se sentiría su hija al saber que tenía dos papás? ¿Al saber que había nacido de un hombre? ¿Realmente podrían confesarle algo tan delicado como aquello?

Papi, yo siempre voy a quererte, no te sientas triste.

—Sólo espero que tú puedas llevar una vida tranquila y normal, hija —pronunció afligido, acariciado su panza al sentir a la bebé moverse.

***

—Matty.

—¿Qué quieres? —le inquirió a su madre sin mirarla.

Estaba postrado en una camilla, con una pierna casi destrozada, y clavos en ella para intentar salvarla. Tendría una lenta recuperación, con muchos procedimientos de por medio.

—¿Cómo te sientes, cariño? ¿Necesitas algo? —le preguntó acercándose a él.

—Quiero estar solo.

—Tu papá está muy molesto —suspiró—. Sabe que tú estabas alcoholizado cuando conducías, y que por eso-

—Que no pague un centavo más por mi —pronunció con rabia, mirándola—. Quiero que me trasladen al hospital de la universidad.

—Hijo, no es así, él solo-

—¡No quiero estar más aquí! —exclamó sentándose—. No quiero que pague un centavo por mi, no quiero más nada de ustedes ¡Nada! ¡Quiero estar solo! ¡No los quiero más en mi vida!

Una enfermera entró en ese momento, debido a los gritos de Matthew.

—Señora Collins, le voy a pedir por favor que se retire.

—Y no solamente que se vaya, quiero que preparen mi traslado al hospital universitario, no paso un día más aquí —le dijo el castaño a la enfermera—. Soy mayor de edad y estoy en todas mis facultades y consciente de mi mismo. Me voy de aquí.

***

Una tarta de verduras no sonaba nada mal para cenar aquella noche. La espinaca ya la tenía lista, solo le faltaba agregarle un poco de queso y huevos.

—Hola Mari —sonrió atendiendo la llamada, poniendo en alta voz mientras continuaba cocinando.

"—Alex, me dijiste que te avisara de cualquier novedad que tuviera de Matthew. Lo van a trasladar al hospital de aquí."

—¿E-En serio? ¿Y crees que yo... Podría ir a verlo?

"—Podrías venir, pero en unos días, cuando él esté más calmado. La enfermera que trabaja en la clínica me comentó que él estaba bastante alterado con la visita de su madre, y fue él mismo quien pidió el traslado."

—Sí, no hay problema con eso, mientras él esté bien —suspiró—. Lo importante es que no haya sido nada grave su accidente.

"—No era su momento, porque su auto quedó completamente destrozado. Y gracias al cielo que no chocó contra nadie más, porque estaba completamente alcoholizado."

—Sí, él... Tiene problemas con el alcohol —pronunció bajo, cerrando su tarta—. Y con las sustancias también. Tiene muchos problemas.

Mi otro papá es un problema andante...

...

Papá No Soy Un ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora