Papá No Soy Un Error

LX

¿De qué mierda me sirve el dinero? ¿Los lujos? ¿La imagen? ¿El prestigio? ¡¿Un apellido?! ¡¿De qué mierda me sirve todo eso?! ¡Si lo cambiaría todo por la atención de mi padre!

Mi padre, esa maldita escoria que lo único que aportó fue su material genético durante mi creación. Esa basura que jamás se preocupó por mi, que nunca pudo darme un abrazo, un beso... Una palabra de cariño.

Ese maldito hijo de puta que siempre me despreció por no ser su amada y adora hija. Ese que jamás estuvo cuando más lo necesité, que nunca tuvo siquiera un poco de empatía de hablarme y preguntarme si necesitaba algo, si estaba bien.

Ese que aún después de diecisiete años, sigue fingiendo que yo no existo, que la única familia que tiene ¡Son sus dos hijos amados!

¡¿De qué mierda me sirve ser un Collins?! ¡De nada! ¡No sirve de nada! No quiero que mi abuelo cumpla un rol que no le corresponde ¡Porque yo sí tengo un maldito padre!

Sí, tengo un padre, un mal padre, un pésimo padre.

Y te odio Luz, juro que te odio con todas mis fuerzas, que odio todo lo que te rodea y me robaste ¡Te aborrezco con mi maldita alma! ¡Porque tú me robaste a mi padre! ¡Me robaste la posibilidad de tener una familia y ser feliz!

Sé que en el fondo te jactas de tener a la "familia" perfecta, constituída, a padres amorosos que darían su vida por ti. Hasta un maldito hermano de sangre te dieron. ¡¿Qué no te dieron, Luz?! ¡Si cada maldito capricho él te ha cumplido!

Y sé muy bien lo que eres para él, "su princesa, su amor, su única hija, su vida entera", si me he hartado de oírlo decir eso una y otra vez, cuando hablaba por teléfono con mamá, cuando mamá lo llamaba desesperada para que el maldito hijo de puta me enviaría aunque fuese un mensaje de feliz cumpleaños.

Jamás pasó una navidad conmigo, un cumpleaños, ¡Nunca compartió nada!

Y te aborrezco por eso Luz, yo te culpo de todo.

***

"Morite enferma, que mierda me importa lo que quieras, infeliz. Ustedes no son nada mío."

Luz leyó el mensaje que Ramsés le había enviado y sus ojos se llenaron de lágrimas, respirando profundo para no llorar, pero... Era imposible cuando su hermano lo odiaba tanto.

Desde que se había enterado de la existencia de Ramsés, había siempre intentando incluirlo en su vida, de jugar con él, de pasar tiempo con él. Pero Ramsés siempre se había encargado de dejarle en claro que la odiaba.

Más de una invitación de cumpleaños había rechazado, incluyendo la invitación de pasar navidad juntos, cuando su hermanito Samael había nacido.

Ya de más grandes, adolescentes, había intentando acercarse por su propia cuenta, sin la intervención de los padres de ambos, y lo único que había conseguido habían sido insultos, humillaciones, burlas... Ramsés la odiaba de verdad.

Y ese mensaje había sido la respuesta a lo que ella le había propuesto.

"Hola hermano, sé que debes estar un poco ocupado con los exámenes, yo también lo estoy, pero creí que quizás te gustaría pasar tiempo con nosotros este fin de semana. Será sólo una salida de hermanos, papá no estaría ahí, y yo quería que tú vinieras con nosotros. No iremos muy lejos, es en la casita del campo a las afuera de la ciudad. Creo que nos servirá para dejar de pensar un poco en la escuela ¿No lo crees? Aguardo tu respuesta, Ramsie. Te quiero mucho."

Se mordió el labio inferior, y se abrazó así misma. Sabía que Ramsés la culpaba por la ausencia de Matthew en su vida, pero eso no era culpa de ella.

"Está bien, Ramsés, mucho éxito en tus exámenes." Tecleó antes de secarse las lágrimas del rostro.

Tal vez estaba muy estresado por los exámenes... Quizás en otro momento él aceptaría salir con ellos como hermanos, cómo familia.

...